Tercer día de actividad y otra vez vamos sobre seguro. Ya ha habido piadas de los corredores de Cambre d’Aze y para allá que vamos.
Nunca hemos estado por aquí y como toma de contacto elegimos el Vermicelle. Un PD que parece un MD visto desde lejos y que (tal y como estaban las condiciones) se puede hacer fácilmente sin cuerda y con un solo piolet.
10 Diciembre 2011
Salimos andando desde Eyne 2600 (pero realmente estamos a unos 1800 m de altura) y enseguida enganchamos con las pistas de esquí, que con la poca nieve que hay, andan a cañonazos.
La alineación titular sufre alguna variación respecto a la de días anteriores. Vuelven Ove y Robert después de hacer ayer la ferrata Regina (he dicho ferrata???), debuta Eva (aunque no recuperada al 100%), José repite, Yolanda se apunta aunque no sabe cómo responderá después de la paliza que supone aprender a esquiar bajando montañas y se caen de la lista Gabi y Pat que cogen rumbo a la roca caliente de Els Ports.
Después del tramo pistero, salimos a un sendero muy pisado donde podemos avanzar rápidamente.
Casi sin cansarnos llegamos al circo de Cambre d’Aze, en el centro el corredor ancho (35º/40º) por el que bajaremos.
Y hacia atrás, un curioso cielo borreguero que esperemos que no vaya a peor.
Vamos en tiempos de las reseñas, 2 horas hasta el cono del corredor. Pequeña parada a colocar crampones y piolet
y nos vamos para arriba.
El corredor no tiene pérdida, línea vertical y ningún resalte de roca. Además la nieve está perfecta, ni muy dura ni demasiado blanda.
Con este paisaje parece que estemos en Chamonix.
Algunos tramos algo más estrechos, para darle más ambiente aún
Y Yolanda en la zona con más pendiente del corredor (50º).
El trio calavera ganando metros.
Detalle:
Desde dentro, el corredor es una V perfecta.
Panorámica a todo color, de las de ver a pantalla completa y a “plein ecran”.
José ya huele la salida, la punta de roca la podemos rodear por la izquierda o por la derecha. A gusto del consumidor.
La cámara de fotos se dispara sola.
Últimos metros del corredor.
Ya estamos fuera, corre algo de aire y hay que abrigarse. Al fondo la cima del Cambre d’Aze (2.750 m). 1hora de corredor y 3 desde que salimos del coche.
Hacia el Sur, el Puigmal, donde ayer mismo estábamos esquiando.
Gif animado de una cordada muy animada.
Robert haciendo de guía de Ove.
Un grupo silueteado a la salida del corredor Gigoló.
Para llegar a la cumbre sólo nos queda una arista suave y con buenísimas vistas.
Detalle de la salida del Gigoló. A José ya le han entrado ganas de meterse hoy en este corredor…
Pero no sabemos si hay que llevar algo de material y yo no sé cómo responderán las piernacas después de tres días de no parar. Mejor seguimos aristeando hasta la cercana cumbre…
…que es como ponerle la guinda al pastel, el cascabel al gato y el colofón a una actividad chulísima, sencilla y en buenísima compañía.
Picamos algo y volvemos sobre nuestros pasos por una arista Weisshorniana
que nos deja en la ancha canal de descenso. Panorámica del panorama que tenemos por delante.
Ya en terreno horizontal, el Sol de Diciembre nunca se levanta por encima de los corredores.
Descenso muy cómodo por sendero que va mejorando conforme bajamos. Desde zona de bloques,
a árboles caídos
hasta las suaves praderas pisteras.
Mapa de la zona:
Merecido picoteo a pie de furgo antes de despedirnos de José y Eva (dos de los mejores anfitriones que hay sobre la faz de la Tierra) y emprender el viaje al Sur.
A Robert y Ove los volveremos a ver en unas horitas…
Páginas
▼
Puigmal (2.910 m) con esquís
Después de la escalada de ayer, cambiamos de tercio, nos implementamos nuestros mejores (y únicos) esquís y nos vamos al monte con más piadas de los últimos días: El Puigmal.
9 Diciembre 2011
Posado de inicio de temporada, cual Ana Obregón de las esquiadas.
Después del tramo de asfalto y pista de tierra, Gabi, Pat y José, cruzando el arroyo y comenzando el sendero.
Los tres de delante están fuertes y vamos “haciendo la goma”.
Silueteados en el punto donde ya se puede foquear.
Aunque la nieve está dura y preferimos seguir con esquís a la espalda.
Hasta llegar a una vaguada cómoda y colocar pieles para que Yolanda foquee y pueda practicar alguna vuelta maría.
Por delante los compis ya están lejos, en la larga arista que desemboca en la cumbre.
Aún más al fondo, Montserrat (no confundir con” Montserrat, hasta el fondo!”)
Para llegar al collado del Puigmal de Llo, volvemos a quitar esquís, que la nieve está dura y la pendiente no es nada cómoda.
A partir de aquí, empieza a correr el aire y toca abrigarse.
Excepcionales vistas durante toda la arista.
Una pequeña bajada, una parada a picar algo resguardados del viento y afrontamos la última pala helada
que nos lleva directamente a la cumbre del Puigmal (2.910 m).
Foto de rigor, bajo un cielo de ciencia “fricción”
y colocamos esquís en modo descenso.
Nieve polvo-dura excelente, aunque rodeada por zonas de hielo excelente que obligan a ir al loro. Palas anchas y suaves para no sufrir demasiado y lucir estilo.
En un momento dado, decidimos hacer un interminable flanqueo para evitar las zonas más pendientes, ignorantes de que la estamos cagando.
Llegamos a una zona demasiado inclinada para Yolanda y que encima está a la sombra. Ella quita esquís y baja andando y yo reculo un poco hacia el Sol y apuro esquiada hasta los matojos cercanos a la pista forestal por la que subimos hace unas horas.
20 minutos de porteo y llegamos al parking altamente satisficidos con la primera esquiada de la temporada.
Mapa de la zona:
Mientras atardece en el col de la Perche…
…al calor de unas cervezas frías, vamos echándole el ojo al objetivo de mañana.
Pero eso será mañana. Hoy no, mañana.
9 Diciembre 2011
Posado de inicio de temporada, cual Ana Obregón de las esquiadas.
Después del tramo de asfalto y pista de tierra, Gabi, Pat y José, cruzando el arroyo y comenzando el sendero.
Los tres de delante están fuertes y vamos “haciendo la goma”.
Silueteados en el punto donde ya se puede foquear.
Aunque la nieve está dura y preferimos seguir con esquís a la espalda.
Hasta llegar a una vaguada cómoda y colocar pieles para que Yolanda foquee y pueda practicar alguna vuelta maría.
Por delante los compis ya están lejos, en la larga arista que desemboca en la cumbre.
Aún más al fondo, Montserrat (no confundir con” Montserrat, hasta el fondo!”)
Para llegar al collado del Puigmal de Llo, volvemos a quitar esquís, que la nieve está dura y la pendiente no es nada cómoda.
A partir de aquí, empieza a correr el aire y toca abrigarse.
Excepcionales vistas durante toda la arista.
Una pequeña bajada, una parada a picar algo resguardados del viento y afrontamos la última pala helada
que nos lleva directamente a la cumbre del Puigmal (2.910 m).
Foto de rigor, bajo un cielo de ciencia “fricción”
y colocamos esquís en modo descenso.
Nieve polvo-dura excelente, aunque rodeada por zonas de hielo excelente que obligan a ir al loro. Palas anchas y suaves para no sufrir demasiado y lucir estilo.
En un momento dado, decidimos hacer un interminable flanqueo para evitar las zonas más pendientes, ignorantes de que la estamos cagando.
Llegamos a una zona demasiado inclinada para Yolanda y que encima está a la sombra. Ella quita esquís y baja andando y yo reculo un poco hacia el Sol y apuro esquiada hasta los matojos cercanos a la pista forestal por la que subimos hace unas horas.
20 minutos de porteo y llegamos al parking altamente satisficidos con la primera esquiada de la temporada.
Mapa de la zona:
Mientras atardece en el col de la Perche…
…al calor de unas cervezas frías, vamos echándole el ojo al objetivo de mañana.
Pero eso será mañana. Hoy no, mañana.