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Puerto Maldonado: iniciación a la selva

Hace 23 horas que salimos de casa. Viajamos hacia el Oeste y le ganamos horas al día. Hemos hecho escala en París y en Caracas y vamos camino de cenar por segunda vez.



Mientras intento mantener los ojos abiertos, enormes tormentas con rayos y centollos se pasean por el ecuador.



Tenemos todos los vuelos internos contratados, así como algunos albergues vía "Hostelworld", pero esta primera noche en Lima es una incógnita. Quedan 13 horas para nuestro próximo vuelo a Puerto Maldonado y miles de taxistas se aberronchan alrededor de nosotros. Entramos elegantemente al hotel que hay junto al aeropuerto, 250$ la noche nos convencen de que hoy toca un duro vivac.

Primero, en bancos corridos diseñados para no dormir y a partir de las 3:00 en un pasillo donde Yolanda ha encontrado a otros "sin techo". La cabeza en el equipaje de mano, y los pies encima de los petates.



3 Junio 2013

Los primeros vuelos del día salen en una hora. Estamos en el pasillo principal que lleva a las puertas de embarque. La gente nos hace fotos al pasar, son poco más de las 5 de la mañana y ya toca levantarse.

A las 10:00 volamos de Lima a Puerto Maldonado. La Cordillera Andina asoma entre las nubes.



Hacemos una pequeña escala en Cusco. Media hora para llenar depósitos y que los oídos se acostumbren a los 3.300 metros de la capital Inca. La última hora de vuelo hasta Puerto Maldonado, nos sumerge en la selva. Enormes extensiones de vegetación, grandes árboles y ríos caudalosos.

Al salir del avión, nos llevamos una buena bofetada de calor (30ºC) y humedad.

Puerto Maldonado es una ciudad de 90.000 habitantes, rodeada por el río Madre de Dios y el Tambopata. Por aquí pasa la carretera interoceánica que une el Pacífico y el Atlántico atravesando Perú y Brasil.



Panorámica desde el puente que cruza el río Madre de Dios.



4 Junio 2013

Después de casi 50 horas sin catar una cama, por fin hemos dormido a plena satisfación. Aunque las mosquiteras estaban rotas y "parcheadas" con esparadrapo y, a media noche, una terrible pelea de animales asalvajados sobre el techo de la habitación le ha puesto el toque aventurero a la velada.

Una agencia local nos lleva a pasar un par de días a la selva. ¿Quién dijo que en un motocarro no caben tres personas, dos mochilas y dos petates?



Durante una hora iremos río abajo en unas pequeñas barcazas de madera.



Nuestro nuevo hogar.



Nada más llegar, conocemos a los dueños del lugar. El guacamayo Pepe, un sajino (una especie de jabalí sin colmillos), el gato Pancho y dos pequeños monos. Solo nos falta ponernos una camisa de flores y andar a lo "Ace Ventura" junto a este grupo de amigos.



Recuperamos fuelle en las hamacas



y nos vamos de paseo a los alrededores de las cabañas.

A la izquierda, las hormigas de fuego que viven en el árbol tangarana.



Ranas minúsculas



y la palmera que camina (cashapona).



Por la tarde, volvemos a subir a la barca para visitar la isla de los monos.



Y alguno ya vimos.



El atardecer nos pilla junto al embarcadero del río.



5 Junio 2013

Nuestro segundo día en la selva va a ser un no parar. Empezamos con un desayuno tenebroso a las 5 de la mañana.



Mientras amanece, se nos llevan río arriba hacia el Lago Sandoval.



Unos consejos.



Para llegar al lago hay que caminar cerca de una hora por un ancho sendero



que finaliza en un curioso embarcadero.



Aquí no pueden entrar las barcas a motor. Como si estuviéramos en una góndola veneciana, circulamos por canales poco profundas



que desembocan en el espectacular lago Sandoval.



Un lago de aguas tranquilas, rodeado de palmeras



y con gran variedad de fauna.



Unos murciélagos poco nocturnos.



Un caimán controlando sus dominios.



Nuestro guía Ronnie se está pegando una buena paliza a remar y crear vórtices.



Sus ojos entrenados nos descubren los secretos que para nosotros pasarían desapercibidos.



Acercarse a las orillas es la mejor manera de encontrar animales.



Un escándalo de hojas y saltos nos lleva hasta un pequeño bosque de bambú. Los monos ardilla no se pueden estar quietos.



Cormoranes sacando pecho.



Esto del turismo es muy duro y la gente va quedándose dormida, ignorantes de que esos calcetines a rombos pueden gustarle al caimán negro....



Panorámica mientras cruzamos el Lago Sandoval por todo el medio.



Nos merecemos una parada en una playa cercana. ¿Nadie lleva bañador?



Tres tortugas con una mariposa en la nariz. Buen título para un libro.



Volvemos a la barca y nos despedimos del lago Sandoval. En el sendero de vuelta también hay alguna mariposa gigante. A la azul no la pillamos con la cámara.



En las cabañas, los monos están despertándose de la siesta.



También hay "furgol" en la selva.



Nuestro segundo atardecer junto al río va a ser algo excesivo.



Yolanda aguanta unos minutos,



pero yo me quedo tirando fotos al diestro y al siniestro.



He olvidado ponerme repelente y los mosquitos me acribillan, me estoy jugando una malaria mezclada con fiebre amarilla, pero sigo poseido por un paparazzi japonés. Qué luces. Qué reflejos.



Qué composiciones.



Qué cambios de tonalidad.



Después de 80 fotos, vuelvo a las cabañas para una visita por la selva.

El objetivo, ver bichos con nocturnidad y alevosía.



6 Junio 2013

Nuestro tiempo en la selva toca a su fin. Nos despedimos de nuestros anfitriones, hacemos cuatro fotos de hongos



y pasamos nuestras últimas horas en el mercado de Puerto Maldonado. Ningún animal, persona o cosa fue "acariciado" durante la realización de este reportaje.



Y en el aeropuerto vamos calentando oídos, porque nuestro próximo destino está a más de 3.000 metros de altitud. Cuando se abran las puertas del avión, los tímpanos saldrán disparados en todas direcciones y bla bla bla bla....

3 comentarios:

  1. Para que ir al Bioparc teniendo este reportaje gráfico... Impresionante se queda corto para la calidad de las fotografías!! Ni el National Geographic con su mejor fotógrafo consigue las imágenes que nos ofreces hoy en el blog...

    Enhorabuena!!

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  2. La cámara que tengo ahora no hace fotos nocturnas de las de pintar con el frontal pero tiene un zoom bien resultón. Me he ahorrado la entrada al Bioparc!! jjjjj

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  3. molonnn!!
    no lo habia visto.
    muy chulisimas las fotos. relindas!

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