La "arista de los murciélagos" al Aspe era una de las eternas actividades pendientes. Una línea evidente, atractiva y cargada de historia ¿Os suena un tal Alberto Rabadá?
15 Agosto 2013
Aun no ha amanecido cuando despertamos de nuestro vivac en un merendero. Para ser 15 Agosto no se ve mucho movimiento por el valle de Aisa.
Mientras amanece, abandonamos la ruta normal al Aspe (por donde bajaremos) y nos adentramos en el valle del Rigüelo, los Lecherines y la Garganta de Borau.
El suelo está plagado de edelweiss, incluso cuesta no pisar alguno...
Al fondo del valle se intuyen grandes neveros, restos de esta primavera tan generosa en nieve. El primer nevero lo rodeamos por la izquierda, ganando algunos metros...
...y pisando roca porque la nieve está durísima a estas horas.
En el segundo nevero, la cagamos ligeramente intentando rodearlo por la izquierda. La enorme rimaya no tiene salida y además no llevamos ni crampones, ni piolet, ni bota dura.
Nos vamos al lado derecho a ver qué tal. Ya se intuye la arista de los murciélagos al fondo.
Por aquí sí. Rimaya amplia y algo de piedra suelta incómoda para progresar. Pero nada más.
Muy buen ambiente pirenaico para ser agosto.
Localizamos el zócalo inicial (evitable) y nos vamos al marcado collado que hay bajo él.
Ya se echaba de menos un poco de sol, que la mañana ha sido fresca. Desde el collado hay buenísimas vistas del Midi y la zona del Balaitous, Palas y Arriel.
Nos vestimos de aristeros y vamos a por el primer largo.
Roca inclinada hacia el lado malo, algo de autoprotección y clavos mimetizados que cuesta verlos. Un IV grado que te pone en situación.
Reunión en terreno horizontal (un clavo) o en los muchos bloques y fisuras que encontraremos. Por detrás, los dos neveros que hemos rodeado hace un rato.
Y por delante, un pequeño tramo de andar camino de las agujas características de la arista de los murciélagos: la aguja "Dondestastú" y la aguja "Dondestanestos". Vuelvo a poner el enlace al relato de uno de los aperturistas, por si alguien tiene curiosidad por los nombres.
Reunión al pie de la primera aguja, cuando la cosa ya se va poniendo seria como para ir "a pelo". Desde la reunión, buscar el terreno más fácil (IIIº) de la vertiente izquierda. Roca a controlar en algún momento y buenas posibilidades de autoprotección.
Por ahorrar algo de tiempo, tiraremos a tope de cuerda hasta la cima de la primera aguja.
Casi 60 metros para llegar a una instalación donde asegurar el destrepe hasta la brecha.
Y justo después, el largo estrella de la arista.
Un muro de IVº grado con buena roca y muy protegido con clavos (7-8?).
Si giras pescuezo, parece que estés escalando el mismísimo Grand Capucin. O no, quizás no es para tanto....
Otra vez apuramos los 60 metros de cuerda escalando una canal hasta llegar a terreno horizontal. A partir de aquí, la (escasa) dificultad invita a seguir en ensamble.
Por delante, unos metros de cresta aéra hasta llegar a la instalación de rápel (cordinos roñosetes) que nos deja en la segunda parte de la arista.
Manejando cuerdas....
...y rapelando los 18 metros.
Desde la brecha, hacemos un largo de IIIº por la parte derecha de la arista, hasta llegar a una característica reunión bajo un gran bloque. A partir de aquí podemos elegir la variante directa o la salida normal.
Como llevamos pies de gato, elegimos la variante directa. Yolanda, poco antes del paso tonto de Vº.
En efecto, paso tonto de Vº en panza que tira "patrás", sin pies evidentes y protegido con un clavo. Montamos reunión al pie de otro paso tonto.
En efecto, segundo paso tonto del día, en panza triposa barriguera, sin manos y con un cordinito abandonado del que acerar sin que nadie nos vea. Nada más superar el paso, entramos en terreno fácil de trepadas por terrazas. Reunión antes de la clara diagonal a izquierdas.
Los últimos metros de la vía vuelven a girar a la derecha, por terreno sencillo (máx IIIº). Última reunión en unos clavos.
Yolanda se adelanta unos metros antes de desmontar la reunión y comprueba que lo que queda por delante es sencillo (como para ir sin cuerda) y zapatillable.
Sólo una brecha nos separa del vértice geodésico del Aspe.
Un destrepe y una trepada por arista nos depositan en la misma cumbre.
A los pocos minutos, aparecen Íñigo & friends, que vienen de hacer una vía moderna en la cara Sur.
Aprovechamos para comer tranquilamente y nos vamos para abajo. Parece el mismísimo Tian Shan, pero es un simple lapiaz.
Podemos bajar sin pisar nieve y esquivando simas sin fondo.
Vistazo atrás, hacia el Aspe y su tubo suroeste, que está casi esquiable
Unos floripondios...
...un graffiti geológico...
...y una bella panorámica...
...dan por finalizado un precioso y largo día en montaña.