La goulotte Chéré es un estrecho corredor de hielo con reuniones equipadas y rapelables, muy accesible desde la Aiguille du Midi. Al encontrarse algo encajado y en plena cara norte, guarda buenas condiciones de hielo incluso a principios del verano, lo que la hace, también, muy proclive a las masificaciones.
1 Junio 2015
Último día en altura, la meteo será estable (al menos por la mañana) y toca hacer evaluación de daños y planificación de cordadas.
Alejandro dice estar saciado después de dos "tope clásicas" (la Rébuffat y la Gabarrou-Albinoni), yo llevo unos días pesadito con ir a la Chere, Nasta se apunta y Hugo nos hará de hombre comodín en caso de que veamos demasiado verticales los largos duros de hielo.
Nada más abrir la cremallera de la tienda, ya tenemos visión directa de la vía. La aproximación serán apenas unos 30 minutos. Hace fresco y la nieve está perfecta para caminar. Ya hay una cordada equipándose bajo la rimaya.
Y otra cordada comenzando la Contamine-Grisolle, muy cerca de donde ayer cayó un serac.
Prácticamente sin parar, sacamos los dos piolets de la mochila, superamos la pequeña rimaya y continuamos hacia el inicio de la goulotte por unas palas de 45-50º.
Terreno más o menos sencillo, que va ganando pendiente conforme nos acercamos a la zona de roca. Montamos reunión ya por encima del cono de nieve, mientras la cordada que se ha tirado una hora preparando el material a pie de rimaya nos mira con cara de pena y nos piden que les dejemos pasar.
Con mucha amabilidad, les decimos que ok. Mientras echamos algunas fotos y vamos cogiendo frío.
Son las 7:18 de la mañana.
Por fin, llega nuestro turno. El largo que tenemos por delante no parece muy complicado y me animo a ir de primero. Nieve dura con algo de huella...
...supero una reunión que queda a la derecha y encaro una goulotte estrecha a unos 75º. Se protege muy bien en las fisuras de granito que hay a ambos lados de la goulotte (empotradores, friends medianos o pequeños, e incluso algún cintajo para lacear bloques).
Nos ha quedado un largo bastante largo (55m?) y muy muy disfrutón. Qué seguridad da este granito perfecto y este hielo tan bueno!
Reunión en una repisa cómoda, que comparto durante unos minutos con la cordada que llevamos por delante, un guía y su cliente suizo que a veces viene a escalar a España ("ouh yess, conosco Riglos, Siurana... and this is my first day ice climbing!")
A partir de nuestro L2, comienzan los tramos de hielo vertical que le dan el grado (AI4) a la vía. Muro mantenido a 85º donde pasa Hugo a escalar de primero, con sus crampones asimétricos, el Grivel monopunta que no partió ayer en el pie izquierdo, y un Petzl de Alejandro en el pie derecho.
Escalada vertical, pero muy tallada por el paso de escaladores. Buenísimos pies y gancheos para los piolets, lo que le resta algo de grado a la escalada.
Vistazo atrás. En nuestra R1 ya hay una cordada de italianos, e iniciando la vía un par de cordadas más.
Los italianos comenzando el L2.
Vaya vistas!
La R2 la ha montado Hugo sobre un par de tornillos en la parte izquierda de la vía, para no sobrecargar la reunión que ya estaba ocupada.
Al fondo, asoma otro muro de hielo vertical, así que continúa él como cabeza de cordada.
A la izquierda, la reunión de tornillos desde la que nos ha asegurado. Luego la desmontaremos. Nosotros le estamos asegurando desde la reunión equipada en la roca, ahora que ya ha salido la cordada que va por delante.
Detalle del muro final del L3, quizás la parte más estética de la vía.
Hugo progresa rápido, incluso cantando. Después de lo de ayer, ésto le parece un juego de niños.
R3 a la izquierda. Por delante, terreno más tumbado, sobre un hielo perfecto y alguna reunión intermedia que podemos chapar. Me animo a ir de primero.
Nasta posando en la R3. por detrás un servidor tirando metros y gastando gemelos.
Aquí colocando un tornillo. Montaré reunión en las rocas donde está la cordada de delante.
El último tramo es un muro de hielo negro y fino, con alguna roca suelta asomando. Se protege regular (los tornillos enseguida tocan roca) y los gemelos ya van al dente.
A un par de metros de llegar a la repisa de la reunión, traccionando con los piolets en una zona de nieve amarilla (sí, en las reuniones de una cara norte, con el arnés puesto y a -10ºC, uno puede buscarse el empequeñecido miembro con los guantes y pegar una meada de lo más placentera) noto que las cuerdas tiran para abajo bastante más de lo normal. No me jodas que ya llevo 60 metros de largo! Con la mandíbula semicongelada, pego unos gritos inentendibles e intento tirar para arriba, imposible. Hace unos 10-12 metros que no coloco ningún seguro y los gemelos me pegan unos pinchazos nada agradables. Bajo una pequeña capa de nieve, asoma el hielo negro. El suizo me mira con cara de circunstancias.
Segundos después, la tensión de las cuerdas disminuye. Parece que los colegas han salido en ensamble y ya puedo llegar a la ansiada repisa de la reunión.
El suizo continua para arriba, hacia la cumbre del Tacul.
Coloco el reverso en la reunión y voy recuperando cuerda. Por ahí viene Hugo...
...y ahí Nasta.
Preciosas vistas desde la reunión, la Aiguille du Midi y muy abajo, el valle de Chamonix.
A partir de aquí, la vía va perdiendo dificultad hasta salir a las rampas de nieve que llevan hacia el Mont Blanc de Tacul, pero supone alargar demasiado la actividad y bajar andando por la ruta normal del Tacul, expuesta a la caida de seracs. Decidimos rapelar desde aquí, muy contentos con la vía y con la calidad del hielo, pese a que lo masificada que está.
En 4 o 5 rápeles estamos en el pie de vía.
Al final las cordadas que venían detrás de los italianos, se han dado la vuelta. Caían demasiados trozos de hielo y han preferido dejarlo para otro día. Mejor venir madrugando mucho o a medio día (para empezar a escalar cuando la gente se ha ido) si las condiciones de temperatura son buenas. A las 11 de la mañana ya hemos terminado de rapelar, y la vía está prácticamente despejada de gente (los suizos ya están fuera del Triángulo de Tacul y los italianos, también iban a rapelar).
Hasta las tiendas, sólo nos queda un agradable paseo, mucho más corto que el de ayer en la Tour Ronde, y sabiendo que hoy toca cerveza fresca en Chamonix.
Importante esparrame en el campamento, organizando mochilones y deseando que venga alguna nube para tapar el solazo que cae a estas horas en el plateau glaciar.
La subida hasta la Aiguille du Midi se convierte en lo más duro del día. Pendientes interminables de nieve blanda, con mochilas de 25 kg y una aérea arista donde no vale tropezarse.
Ya en la cueva de hielo, descansamos la espalda durante unos minutos. Alejandro lleva un ojo tocado, se ve que le fallaron las gafas de sol y tiene picores y dolores varios. Luego en la farmacia le darán un mix de gotas y pomadas.
2 Junio 2015
Ha llovido bastante durante la noche. Hemos tenido suerte con la meteo en altura, aquí ya no importa que haga malo. Se ponen las tiendas cara al sol y el material se seca rápido.
Nos despedimos del macizorro del Mont Blanc...
...y volvemos al alpinismo de ciudad, a pelear con un Ciquecento que no está diseñado para cargar con 8 mochilas y con esas básculas de la línea de facturación de los aeropuertos, que siempre pesan algún kilo más de lo que esperas.
Unos croquis, en los que he indicado en azul donde nosotros realizamos las reuniones. Recordad que nuestro L4 nos quedó de 63 metros!
Páginas
▼
Tour Ronde (3.792 m): ruta normal (PD)
Segundo día en altura, dan una meteo impecable y para las dos cordadas, hoy será un día de tomar decisiones sin parar.
31 Mayo 2015
Uno de los platos fuertes del viaje, era la Gabarrou-Albinoni del Tacul. Algunos vídeos y la certeza de saber que las reuniones se encuentran equipadas, acabaron de encender la chispa adecuada.
Pero también sabíamos que las condiciones del hielo ya no eran del todo buenas en esa vía, y Nasta y yo tampoco nos veíamos liderando un MD de hielo a 90º en pleno corazón de los Alpes.
Así pues, Hugo y Alejandro, muy motivados, madrugan algo más que nosotros y se van a por la Gabarrou, aunque mientras desayunaban comentaban no sé qué de un crampón roto (¡?).
Nasta y yo, madrugamos menos y tirando de reseñas, elegimos una vía de roca en la Pirámide de Tacul, que para eso nos hemos subido hasta aquí un juego completo de friends y empotradores.
Hora punta en el campo base, todas las cordadas eligiendo actividad y aprovechando los primeros rayos de sol para calentarse un poco.
La aproximación a la vía será justo al revés que la mayoría de las veces. Toca descender suavemente, para rodear el Tacul e ir a buscar su soleada cara E, a la izquierda de la imagen. En el centro, el Triángulo del Tacul, y algo a la derecha, todavía en sombra, la ruta normal del Mont Blanc de Tacul.
Con el día que hace, es imposible no embobarse con las vistas. La góndola que une la Aiguille du Midi con el refugio Torino, sobrevolando las Grandes Jorasses (qué grandes!) y la Dent du Géant.
Y hacia atrás, la arista de los Cósmicos y nuestro campamento.
Junto al Gros Rognon, el descenso se hace algo más pronunciado y empezamos a tener vistas directas sobre la cara Este del Tacul y sobre el objetivo de hoy.
La Pirámide de Tacul es una pequeña aguja empequeñecida por sus ilustres vecinos (como por ejemplo el Grand Capucin o la Punta Adolphe Rey), pero su arista Este es una escalada de grado asequible en un entorno inigualable.
Achinando los ojos, parece que hay bastante nieve en el último tercio de la vía, y después de las historias de terror de Hugo y Alejandro peleando en pies de gato con travesías de nieve, péndulos y fisuras heladas en la Rebuffat de la Aiguille du Midi, decidimos volver a cambiar de planes.
Lo llamaremos gestión del riesgo, o cura de humildad, o adaptación al medio...qué se yo, quizás por eso nos gusta tanto el alpinismo, nunca sabes a ciencia cierta si la vía estará en condiciones, si tú estarás al nivel que te exige la vía o si podrás controlar todos los factores dentro de un margen de seguridad. Como dicen por ahí, si fuera fácil, lo llamarían fútbol.
Si miramos justo a nuestra derecha, vemos la imponente línea de la Gabarrou-Albinoni. Ya hay varias cordadas en faena, ojalá les vaya bien a nuestros colegas. Hemos quedado en contactar por los walkies a las horas en punto, a partir de las 13:00.
Seguimos caminando sin rumbo definido, poco afectados por el cambio de planes y disfrutando a tope de este paseo por el paraíso. El siguiente monumento natural se llama "Supercouloir del Tacul", una perfecta línea de cientos de metros de hielo azul que corta la pared de arriba a abajo.
Aquí todo tiene unas dimensiones descomunales. Las caidas de seracs han barrido el valle por el que se accede a la arista este de la Pirámide. Otro motivo más para no haber entrado a la vía, aunque desde aquí parece que no hay tanta nieve en la parte alta.
Nosotros seguimos tranquilos, disfrutando de un travesía glaciar que no conocíamos. Hablamos de ir hacia la arista de Rochefort, parece a tiro de piedra, pero las distancias engañan, y mucho.
Un grupo de esquiadores, bien encordaditos, que las grietacas lo merecen.
La siguiente parada de nuestro particular "bus turístico" nos lleva a admirar la aguja granítica del Grand Capucin, otro hito del alpinismo desde que abrieran su vía Walter Bonatti y Luciano Ghigo, en 1951.
Ya estamos en la zona de influencia del refugio Torino y del teleférico que viene desde Courmayeur. Resulta que la Tour Ronde está relativamente cerca, con buena huella y con una cima muy estética, pese a no llegar a los 4.000 m.
De nuevo, nos toca descartar la cara Norte, que vamos cargados de friends y empotradores, pero sólo llevamos 2-3 tornillos y un piolet por persona.
Vistazo a la ruta normal. Rimaya muy tapada, pala de nieve a 40-45º y un tramo de arista hasta la cima.
Dejamos las mochilas, justo antes de la rimaya, donde todo el mundo aparca sus esquís. A partir de aquí, palas mantenidas con pequeños estrechamientos.
La mayoría de gente ya está descendiendo. Y algunos incluso se atreven a esquiar este tramo.
Nosotros continuamos para arriba.
Hasta llegar a una arista nevada que nos lleva directamente a la cumbre.
Un corto paso en roca (IIº?) y aparecemos en una estrechísima arista coronada por la Madonna de la cima.
La cumbre es tan estrecha, que hay que hacer las fotos de cima por turnos y anclados a la misma Madonna.
Toda la mañana ha estado haciendo un sol espectacular y justo ahora se mete la niebla y desaparecen las vistas. Nos vamos rápido para abajo, que no queremos que se ablande mucho la nieve.
Una vez pasada la rimaya, ya en terreno "seguro" nos merecemos un pequeño almuerzo: un turrón Viena a los pies de la Tour Ronde (leáse "turrond")
Reunión de sabios.
Vistazo atrás, hacia la cara Norte de la Tour Ronde, que estaba con huella y con una rimaya que se pasaba, aparentemente, sin problemas.
Y seguimos flipando con el paisaje. Por ahí anda el col de la Fourche y el incio de la arista Kuffner.
Y aquí, el Grand Capucin y la Punta Adolphe Rey más a la derecha.
Por ahí abajo se esparrama el famoso Mer de Glace. Los Drus y la Aiguille Verte, presiden el valle.
Agujas en un equilibrio casi imposible.
A partir de aquí, llegamos al punto más bajo del glaciar, junto al desprendimiento de seracs que hemos visto a la ida.
La temperatura ha subido considerablemente y el plateau glaciar es un horno que acaba rápidamente con nuestras reservas de líquido. El ritmo se ralentiza, las distancias parecen infinitas y aprovechamos para intentar contactar con Hugo y Alejandro, ahora que tenemos vista directa sobre su vía.
En el primer intento, no obtenemos respuesta. Seguimos caminando y a los 10 minutos, Hugo al habla. Están bien, ya han terminado la vía y van a rapelar ahora. Han sufrido un poco, y en el pie de vía pararán a comer algo. Decidimos vernos ya en el campamento. El relato de su escalada, aquí.
Ya tranquilos, continuamos con el "via crucis" de hoy. La vuelta al campamento se nos está haciendo durísima.
Una cordada escalando en la Punta Lachenal, que tiene fama de vías buenísimas y roca perfecta.
Ya en la tienda, caimos rendidos, nos hidratamos y esperamos a los compañeros, que llegarán apenas una hora después de nosotros, con otra tope clásica en el bolsillo.
Mientras cenamos, un serac se desprende del Tacul. Con todo su estruendo y su nube de polvo. Cosas que pasan en los Alpes.
Croquis de la Tour Ronde. Nuestra ruta, la línea roja central. En verde, la cara Norte.
Mapa del recorrido realizado:
31 Mayo 2015
Uno de los platos fuertes del viaje, era la Gabarrou-Albinoni del Tacul. Algunos vídeos y la certeza de saber que las reuniones se encuentran equipadas, acabaron de encender la chispa adecuada.
Pero también sabíamos que las condiciones del hielo ya no eran del todo buenas en esa vía, y Nasta y yo tampoco nos veíamos liderando un MD de hielo a 90º en pleno corazón de los Alpes.
Así pues, Hugo y Alejandro, muy motivados, madrugan algo más que nosotros y se van a por la Gabarrou, aunque mientras desayunaban comentaban no sé qué de un crampón roto (¡?).
Nasta y yo, madrugamos menos y tirando de reseñas, elegimos una vía de roca en la Pirámide de Tacul, que para eso nos hemos subido hasta aquí un juego completo de friends y empotradores.
Hora punta en el campo base, todas las cordadas eligiendo actividad y aprovechando los primeros rayos de sol para calentarse un poco.
La aproximación a la vía será justo al revés que la mayoría de las veces. Toca descender suavemente, para rodear el Tacul e ir a buscar su soleada cara E, a la izquierda de la imagen. En el centro, el Triángulo del Tacul, y algo a la derecha, todavía en sombra, la ruta normal del Mont Blanc de Tacul.
Con el día que hace, es imposible no embobarse con las vistas. La góndola que une la Aiguille du Midi con el refugio Torino, sobrevolando las Grandes Jorasses (qué grandes!) y la Dent du Géant.
Y hacia atrás, la arista de los Cósmicos y nuestro campamento.
Junto al Gros Rognon, el descenso se hace algo más pronunciado y empezamos a tener vistas directas sobre la cara Este del Tacul y sobre el objetivo de hoy.
La Pirámide de Tacul es una pequeña aguja empequeñecida por sus ilustres vecinos (como por ejemplo el Grand Capucin o la Punta Adolphe Rey), pero su arista Este es una escalada de grado asequible en un entorno inigualable.
Achinando los ojos, parece que hay bastante nieve en el último tercio de la vía, y después de las historias de terror de Hugo y Alejandro peleando en pies de gato con travesías de nieve, péndulos y fisuras heladas en la Rebuffat de la Aiguille du Midi, decidimos volver a cambiar de planes.
Lo llamaremos gestión del riesgo, o cura de humildad, o adaptación al medio...qué se yo, quizás por eso nos gusta tanto el alpinismo, nunca sabes a ciencia cierta si la vía estará en condiciones, si tú estarás al nivel que te exige la vía o si podrás controlar todos los factores dentro de un margen de seguridad. Como dicen por ahí, si fuera fácil, lo llamarían fútbol.
Si miramos justo a nuestra derecha, vemos la imponente línea de la Gabarrou-Albinoni. Ya hay varias cordadas en faena, ojalá les vaya bien a nuestros colegas. Hemos quedado en contactar por los walkies a las horas en punto, a partir de las 13:00.
Seguimos caminando sin rumbo definido, poco afectados por el cambio de planes y disfrutando a tope de este paseo por el paraíso. El siguiente monumento natural se llama "Supercouloir del Tacul", una perfecta línea de cientos de metros de hielo azul que corta la pared de arriba a abajo.
Aquí todo tiene unas dimensiones descomunales. Las caidas de seracs han barrido el valle por el que se accede a la arista este de la Pirámide. Otro motivo más para no haber entrado a la vía, aunque desde aquí parece que no hay tanta nieve en la parte alta.
Nosotros seguimos tranquilos, disfrutando de un travesía glaciar que no conocíamos. Hablamos de ir hacia la arista de Rochefort, parece a tiro de piedra, pero las distancias engañan, y mucho.
Un grupo de esquiadores, bien encordaditos, que las grietacas lo merecen.
La siguiente parada de nuestro particular "bus turístico" nos lleva a admirar la aguja granítica del Grand Capucin, otro hito del alpinismo desde que abrieran su vía Walter Bonatti y Luciano Ghigo, en 1951.
Ya estamos en la zona de influencia del refugio Torino y del teleférico que viene desde Courmayeur. Resulta que la Tour Ronde está relativamente cerca, con buena huella y con una cima muy estética, pese a no llegar a los 4.000 m.
De nuevo, nos toca descartar la cara Norte, que vamos cargados de friends y empotradores, pero sólo llevamos 2-3 tornillos y un piolet por persona.
Vistazo a la ruta normal. Rimaya muy tapada, pala de nieve a 40-45º y un tramo de arista hasta la cima.
Dejamos las mochilas, justo antes de la rimaya, donde todo el mundo aparca sus esquís. A partir de aquí, palas mantenidas con pequeños estrechamientos.
La mayoría de gente ya está descendiendo. Y algunos incluso se atreven a esquiar este tramo.
Nosotros continuamos para arriba.
Hasta llegar a una arista nevada que nos lleva directamente a la cumbre.
Un corto paso en roca (IIº?) y aparecemos en una estrechísima arista coronada por la Madonna de la cima.
La cumbre es tan estrecha, que hay que hacer las fotos de cima por turnos y anclados a la misma Madonna.
Toda la mañana ha estado haciendo un sol espectacular y justo ahora se mete la niebla y desaparecen las vistas. Nos vamos rápido para abajo, que no queremos que se ablande mucho la nieve.
Una vez pasada la rimaya, ya en terreno "seguro" nos merecemos un pequeño almuerzo: un turrón Viena a los pies de la Tour Ronde (leáse "turrond")
Reunión de sabios.
Vistazo atrás, hacia la cara Norte de la Tour Ronde, que estaba con huella y con una rimaya que se pasaba, aparentemente, sin problemas.
Y seguimos flipando con el paisaje. Por ahí anda el col de la Fourche y el incio de la arista Kuffner.
Y aquí, el Grand Capucin y la Punta Adolphe Rey más a la derecha.
Por ahí abajo se esparrama el famoso Mer de Glace. Los Drus y la Aiguille Verte, presiden el valle.
Agujas en un equilibrio casi imposible.
A partir de aquí, llegamos al punto más bajo del glaciar, junto al desprendimiento de seracs que hemos visto a la ida.
La temperatura ha subido considerablemente y el plateau glaciar es un horno que acaba rápidamente con nuestras reservas de líquido. El ritmo se ralentiza, las distancias parecen infinitas y aprovechamos para intentar contactar con Hugo y Alejandro, ahora que tenemos vista directa sobre su vía.
En el primer intento, no obtenemos respuesta. Seguimos caminando y a los 10 minutos, Hugo al habla. Están bien, ya han terminado la vía y van a rapelar ahora. Han sufrido un poco, y en el pie de vía pararán a comer algo. Decidimos vernos ya en el campamento. El relato de su escalada, aquí.
Ya tranquilos, continuamos con el "via crucis" de hoy. La vuelta al campamento se nos está haciendo durísima.
Una cordada escalando en la Punta Lachenal, que tiene fama de vías buenísimas y roca perfecta.
Ya en la tienda, caimos rendidos, nos hidratamos y esperamos a los compañeros, que llegarán apenas una hora después de nosotros, con otra tope clásica en el bolsillo.
Mientras cenamos, un serac se desprende del Tacul. Con todo su estruendo y su nube de polvo. Cosas que pasan en los Alpes.
Croquis de la Tour Ronde. Nuestra ruta, la línea roja central. En verde, la cara Norte.
Mapa del recorrido realizado: