Después de la escalada y el barranco de ayer, nos trasladamos al valle de Benasque, con idea de volver al valle de Tena al final de las vacaciones.
4 Agosto 2015
Por la mañana, secamos los neoprenos, nos pegamos una ducha de esas de bolsa negra solar y después de comer nos subimos hacia Ampriu para escalar en la estética y fresca "Torre de Marfil".
La vía "No te tires que hay cristales" es de las más repetidas del sector. Pese a su escasa longitud y su grado bajo, deja muy buen sabor de boca y no se hace tan corta como parece al leer los croquis.
L1 (30m, 4c): el primer largo supera una serie de placas de buena roca, cortadas por pequeñas repisas, estando la reunión situada al pie del diedro característico de la vía.
Creo que algún friend ya coloqué en este largo, para acercar algún aleje.
L2 (30m, 5a): intimidante diedro, equipado con algunos parabolts lejanos. Muy recomendable llevar friends medianos y grandes y algún empotrador.
Vertical, mantenido y con la cacharrería entrando a cañón.
Qué pena que no dure unos cientos de metros más.
L3 (20m, 4c): aquí ya abandonamos el diedro y continuamos la escalada por una placa bien compacta.
En los metros finales superamos algunos bloques fisurados donde podremos colocar los últimos friends de la vía.
Esto se acaba...al fondo la curva donde aparcamos el coche.
Desde el final de la vía, tendremos que caminar unos metros hacia nuestra izquierda, por una aérea arista...
...hasta encontrar el rápel que marcan los croquis.
En un rápel de unos 25 metros por la parte de detrás de la aguja...
...llegamos a un barranquete barrido por aludes durante el invierno, que nos devuelve a tierra firme, siempre dejando la Torre de Marfil a nuestra derecha en el sentido de bajada.
También se puede rapelar la vía que hemos escalado, pero creemos que es mejor hacer sólo un rápel que tres.
Una tarde muy agradable, escalando a la sombra y totalmente solos.
El sector merece alguna visita más...la vía "De punta a punta" está en la lista de pendientes para cuando cuadren los astros...
Los croquis buenos, en la página de Xabier Larretxea:
http://eskalatzencas.blogspot.com.es/2013/08/ampriu-pasaba-por-aqui-5c-100-m-5c.html
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Peña Escuach: vía "Merche" (170 m, 6a)
Vamos a ir actualizando el blog, que tenemos muuuchas cosas pendientes por piar.
Para las "vacaciones" de verano (del 2015!) no nos complicamos mucho la vida y estuvimos deambulando por el pirineo aragonés, sin grandes proyectos en mente y decidiendo sobre la marcha.
3 Agosto 2015
Primera parada en el Valle de Tena, donde por muchas veces que vayas, siempre hay cositas que hacer.
La vía "Merche" surca un visible espolón de la Peña Escuach, buscando enlazar los muros de roca de mejor calidad y más longitud.
Es una vía totalmente equipada, con un grado obligado que no pasará del V/V+, ideal para disfrutar de las vistas y no pasar agobios.
La tarde anterior escalamos algunas vías de deportiva en la Peña Bubón (se estaba muy bien a la sombra) y vimos algún "bicho" curioso.
Pero volvamos a la vía de hoy. Desde la carretera que lleva al Balneario de Panticosa, tomaremos una pista forestal a mano izquierda que nos lleva prácticamente a la gran tubería metálica que sirve de referencia. Recomendable aparcar un poco antes de llegar a la tubería.
Ascenderemos junto a la tubería, ganando desnivel rápidamente, hasta encontrar un hito que marca el desvío a mano izquierda (pasando bajo la tubería).
El sendero se adentra en un frondoso bosque, trazando una diagonal más o menos ascendente hasta llegar a un pequeño resalte equipado con una cuerda fija.
Tras la trepada, alcanzaremos una aérea vira equipada con cable. Aquí ya podemos ponernos el arnés, el pie de vía está muy cerca, a mano derecha poco después de terminar el cable.
L1 (30m, 6a): el largo empieza un poco guarrete (terroso) hasta llegar a un muro de roca compacta. Los parabolts marcan el camino, una diagonal a derechas para ir calentando (no llega a ser una travesía pura como marcan los croquis) y una panza vertical y con presas romas que le da el grado al largo (6a no obligado).
Yolanda terminando el L1, después de haber pasado el "crunch" de la vía.
L2 (15m, Iº): el típico largo de IIº grado según croquis, pero que no es más que atravesar casi caminando una selva que cubre está faja intermedia de la pared.
Reunión al pie del siguiente muro de escalada.
L3 (65/70m?, V+): un par de variantes para empezar el largo. Si salimos recto desde la R2, tenemos un corto paso de V+, si salimos por la derecha, IV.
A los pocos metros, el largo va tumbando y perdiendo dificultad. Apuro casi toda la longitud de la cuerda (vamos con cuerda simple de 70m) y llego a la R3bis con el arnés en los tobillos. Pero llego.
Yolanda estrena gatos de los de "apretar". Pero son tan de "apretar" que son insoportables y terminará la vía escalando en zapatillas.
L4+L5 (70m, V+): el L4 es posiblemente el mejor de la vía. A mitad de largo hay un corto diedro con un paso algo explosivo. Entre el tema de los gatos y que ya empieza a hacer calor en la pared (recordad que estamos en agosto y a la vía le da el sol casi todo el día), decido empalmar largos y llegar del tirón (70 metros!) hasta el final de la vía.
El L5 es un corto muro de roca excelente, con pasos finos de placa. Y yo con el arnés en los tobillos y haciendo "modo eco" con las cintas exprés (chapando una y recogiendo la anterior, porque no llevábamos tantas como para empalmar largos).
Curiosa roca caliza con incrustaciones de roca caliza. Similar a la que catamos en la Peña Bubón la tarde anterior.
Desde el final de vía, las vistas sobre el valle de Tena son espectaculares. A nuestros pies la urbanización Argualas y el Pueyo de Jaca. El río Gállego se abre camino entre la sierra de Tendeñera y la sierra de la Partacua (Telera).
El descenso es algo perdedor y confuso. Iremos a nuestra derecha (en el sentido de ascenso), en dirección E-SE, cruzando algunas placas lisas de roca caliza.
Un pequeño espolón descendente nos adentrará en el bosque, cruzaremos un arroyo y encontraremos el marcado sendero que nos lleva a la parte alta del tubo y a la pista forestal donde tenemos el coche.
Una vez en el sendero, no es necesario volver a bajar junto al tubo, es más cómodo seguir el sendero perdiendo altura de manera más progresiva. Tras varias lazadas llegaremos a la pista forestal, muy cerca de donde teníamos aparcado el coche.
En definitiva, una vía buena, bonita y barata, ideal para rellenar una mañana o iniciar a alguien en la escalada de varios largos. Escalada de plaisir en el valle de Tena. Recomendable también para días de sol de primavera y otoño o incluso invierno si no hay nieve en el descenso de la vía. En pleno verano, el calor puede ser incómodo.
Los croquis buenos, en el blog de Félix,
https://empujatrenes.wordpress.com/2012/01/06/pena-escuach-panticosa-via-merche/
o en este otro blog:
http://laaventuraesmireino.blogspot.com.es/2015/05/via-merche-170-mts-6a-a0-v-pena-escuach.html
Después de comer, sin respetar los horarios de siesta y digestión (tan sagrados durante unas vacaciones que se precien), nos fuimos al barranco Gorgol, un clásico de la zona. Sin ser yo muy acuático, el barranco me gustó. Corto pero intenso. Al ir por la tarde no pillamos atascos. Y como no tenemos cámaras "mojables", pues no hay fotos.
Rematamos el día, comprando unos gatos de "aflojar" (3 tallas más grandes que los de "apretar"!!) para las escaladas venideras.
Para las "vacaciones" de verano (del 2015!) no nos complicamos mucho la vida y estuvimos deambulando por el pirineo aragonés, sin grandes proyectos en mente y decidiendo sobre la marcha.
3 Agosto 2015
Primera parada en el Valle de Tena, donde por muchas veces que vayas, siempre hay cositas que hacer.
La vía "Merche" surca un visible espolón de la Peña Escuach, buscando enlazar los muros de roca de mejor calidad y más longitud.
Es una vía totalmente equipada, con un grado obligado que no pasará del V/V+, ideal para disfrutar de las vistas y no pasar agobios.
La tarde anterior escalamos algunas vías de deportiva en la Peña Bubón (se estaba muy bien a la sombra) y vimos algún "bicho" curioso.
Pero volvamos a la vía de hoy. Desde la carretera que lleva al Balneario de Panticosa, tomaremos una pista forestal a mano izquierda que nos lleva prácticamente a la gran tubería metálica que sirve de referencia. Recomendable aparcar un poco antes de llegar a la tubería.
Ascenderemos junto a la tubería, ganando desnivel rápidamente, hasta encontrar un hito que marca el desvío a mano izquierda (pasando bajo la tubería).
El sendero se adentra en un frondoso bosque, trazando una diagonal más o menos ascendente hasta llegar a un pequeño resalte equipado con una cuerda fija.
Tras la trepada, alcanzaremos una aérea vira equipada con cable. Aquí ya podemos ponernos el arnés, el pie de vía está muy cerca, a mano derecha poco después de terminar el cable.
L1 (30m, 6a): el largo empieza un poco guarrete (terroso) hasta llegar a un muro de roca compacta. Los parabolts marcan el camino, una diagonal a derechas para ir calentando (no llega a ser una travesía pura como marcan los croquis) y una panza vertical y con presas romas que le da el grado al largo (6a no obligado).
Yolanda terminando el L1, después de haber pasado el "crunch" de la vía.
L2 (15m, Iº): el típico largo de IIº grado según croquis, pero que no es más que atravesar casi caminando una selva que cubre está faja intermedia de la pared.
Reunión al pie del siguiente muro de escalada.
L3 (65/70m?, V+): un par de variantes para empezar el largo. Si salimos recto desde la R2, tenemos un corto paso de V+, si salimos por la derecha, IV.
A los pocos metros, el largo va tumbando y perdiendo dificultad. Apuro casi toda la longitud de la cuerda (vamos con cuerda simple de 70m) y llego a la R3bis con el arnés en los tobillos. Pero llego.
Yolanda estrena gatos de los de "apretar". Pero son tan de "apretar" que son insoportables y terminará la vía escalando en zapatillas.
L4+L5 (70m, V+): el L4 es posiblemente el mejor de la vía. A mitad de largo hay un corto diedro con un paso algo explosivo. Entre el tema de los gatos y que ya empieza a hacer calor en la pared (recordad que estamos en agosto y a la vía le da el sol casi todo el día), decido empalmar largos y llegar del tirón (70 metros!) hasta el final de la vía.
El L5 es un corto muro de roca excelente, con pasos finos de placa. Y yo con el arnés en los tobillos y haciendo "modo eco" con las cintas exprés (chapando una y recogiendo la anterior, porque no llevábamos tantas como para empalmar largos).
Curiosa roca caliza con incrustaciones de roca caliza. Similar a la que catamos en la Peña Bubón la tarde anterior.
Desde el final de vía, las vistas sobre el valle de Tena son espectaculares. A nuestros pies la urbanización Argualas y el Pueyo de Jaca. El río Gállego se abre camino entre la sierra de Tendeñera y la sierra de la Partacua (Telera).
El descenso es algo perdedor y confuso. Iremos a nuestra derecha (en el sentido de ascenso), en dirección E-SE, cruzando algunas placas lisas de roca caliza.
Un pequeño espolón descendente nos adentrará en el bosque, cruzaremos un arroyo y encontraremos el marcado sendero que nos lleva a la parte alta del tubo y a la pista forestal donde tenemos el coche.
Una vez en el sendero, no es necesario volver a bajar junto al tubo, es más cómodo seguir el sendero perdiendo altura de manera más progresiva. Tras varias lazadas llegaremos a la pista forestal, muy cerca de donde teníamos aparcado el coche.
En definitiva, una vía buena, bonita y barata, ideal para rellenar una mañana o iniciar a alguien en la escalada de varios largos. Escalada de plaisir en el valle de Tena. Recomendable también para días de sol de primavera y otoño o incluso invierno si no hay nieve en el descenso de la vía. En pleno verano, el calor puede ser incómodo.
Los croquis buenos, en el blog de Félix,
https://empujatrenes.wordpress.com/2012/01/06/pena-escuach-panticosa-via-merche/
o en este otro blog:
http://laaventuraesmireino.blogspot.com.es/2015/05/via-merche-170-mts-6a-a0-v-pena-escuach.html
Después de comer, sin respetar los horarios de siesta y digestión (tan sagrados durante unas vacaciones que se precien), nos fuimos al barranco Gorgol, un clásico de la zona. Sin ser yo muy acuático, el barranco me gustó. Corto pero intenso. Al ir por la tarde no pillamos atascos. Y como no tenemos cámaras "mojables", pues no hay fotos.
Rematamos el día, comprando unos gatos de "aflojar" (3 tallas más grandes que los de "apretar"!!) para las escaladas venideras.
Breithorn (4.164 m): ruta normal desde Klein Matterhorn
En el verano de 1993, la "cordada" alcanzó la cima de su primer tresmil. Pasamos un par de horas allí arriba, con el glaciar del Aneto justo enfrente, intentando reconocer las montañas que nos rodeaban, mientras la "gabachada" (patrón de nubes del norte) tapaba las cumbres fronterizas.
Padre e hijo en la cumbre del Mulleres (3.010 m), un 13 de agosto de 1993. Roque hace la diapositiva.
Durante más de diez años mantuvimos viva la llama que nos llevaba cada verano a un tresmil del Pirineo. Subimos a los grandes cabezones del Pirineo (Perdiguero, Monte Perdido, Aneto, Vignemale, Balaitous) y nuestra modesta lista de los 212 tresmiles de Juan Buyse, iba engordando.
Quizás en el Astazou en el 2007 fue la última vez que nos juntamos.
Hasta que el pasado verano de 2015, 22 años después de nuestro primer tresmil, a mi padre le da por querer subir a su primer cuatromil ¡Bravo!
Pese a mis insistencias, no logro quitarle de la cabeza el ascenso del Breithorn, seguramente el más sencillo a nivel físico y técnico de todos los cuatromiles de los Alpes, pero también uno de los más feos, todo hay que decirlo.
Volvemos a juntar a la "cordada", reavivamos la llama, el alma lo agradece.
Mr Soul le pone la banda sonora a la piada.
27 de Julio 2015
El viaje en coche desde Valencia hasta Zermatt es bastante largo. Anoche "picamos" vivac un poco después de Grenoble, en una cuneta de una pista de tierra junto al río Isère.
A media mañana hemos parado en "La Meca" (Chamonix), y a media tarde llegamos al camping de Randa. Desde aquí, ya vemos perfectamente el objetivo del viaje: a la izquierda el Breithorn y a la derecha el Klein Matterhorn, una montaña taladrada por numerosos túneles y a la que llega un teleférico de precio infartante.
La idea era gastar el primer día en Zermatt para aclimatar realizando una pequeña excursión, pero viendo las previsiones de meteo, mañana tiene que ser el día de cumbre, no hay segundas oportunidades.
28 de Julio 2015
Estamos en Suiza, con todos sus peajes y restricciones al uso de vehículos, así que la logística es un punto importante de la ascensión. Desde el camping, una furgoneta nos hace el "transfer" hasta Zermatt, donde cogeremos la línea verde de autobuses que nos lleva a la estación del teleférico. Primero un telehuevo pequeño y luego un telecabina grandote, nos dejarán a 3.800 metros de altitud. A tiro de piedra del Breithorn, después de usar cuatro medios de transporte diferentes. Mmmm....poco "alpinismo" veo yo aquí...
El Txindoki de Zermatt vigila la jugada.
Desde la estación intermedia, los cables apuntan directamente al Klein Matterhorn, nuestro destino.
Después de tanto "transfer" es difícil llegar los primeros a la montaña. Numerosas cordadas llegando a la cumbre del Breithorn. El único punto delicado de la ascensión puede ser el paso de la rimaya. Ya veremos...
Un interminable túnel atraviesa todo el Klein Matterhorn de Norte a Sur. Si lo nuestro no es la montaña, tenemos todo tipo de locales comerciales dentro de la montaña, desde salas de cine, a restaurantes y supermercados.
Al salir del túnel, nos encontraremos con los teleféricos de la estación de esquí. Tenemos que descender unos metros para llegar a un amplio "plateau" donde poder sacar una fotografía sin construcciones humanas.
Ya que hemos traído cuerda, encordaremos a la "cordada".
La rimaya está en perfectas condiciones y se pasa simplemente alargando un poco la zancada.
Huella marcadísima a doble carril.
Un padre posando con el Cervino de fondo.
Roque viene sufriendo algo más, y es el que marca el ritmo del grupo. Ya estamos en la fina arista antes de la cumbre y el viento sopla bien fuerte.
A nuestra izquierda una caída de más de 1.000 metros, la masificación y una estrecha cumbre, hacen que yo no salga en la foto. Pero ahí están mi padre y Roque, en su primer cuatromil. Enhorabuena!
Descartamos continuar la travesía por la arista hacia el Breithorn Oriental y volvemos por el mismo lugar por el que veníamos. Nubes lenticulares sobre el macizo del Monte Rosa.
La ascensión no presenta apenas dificultades (pocas o ninguna grieta, poco desnivel, rimaya cerrada), pero eso no quita que estemos a más de 4.000 metros en un entorno glaciar y que nos sorprenda ver a gente subir en zapatillas de deporte, sin crampones ni piolet, en manga corta y sin guantes.
Panorámica desde el "plateau", con el Klein Matterhorn a la izquierda y el Breithorn en el centro.
Las instalaciones de esquí alpino. Por unos cuanto euros se puede esquiar aquí en pleno verano.
O tirarse con un donuts gigante, mientras te comes un Donuts con vistas al Cervino.
Otra panorámica tomada desde el mirador de la cumbre del Klein Matterhorn, donde se aprecia toda la ascensión al Breithorn. Primero por la pista de esquí, luego se atraviesa el gran "plateau", para remontar la pala final. No tiene pérdida, aunque es mal lugar para recorrerlo sin visibilidad y sin GPS.
Apuramos hasta el último teleférico de bajada, disfrutando de las vistas del Cervino.
Algún día habrá que subirse a su cumbre...