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Balaitous (3.144 m) por la brecha Latour (PD)

El Balaitous nunca defrauda. Y menos ahora en Junio, con bastante nieve en las partes altas y un ambiente de lo más Alpino.



Todavía con las piernas al dente después de la palicilla del Midi, el sábado a medio día aparcamos en la Sarra (a tutiplén de coches que estaba) y tomamos el sendero que nos lleva al refugio de Respomuso.



La primavera en todo su esplendor. Cascadas...



...bosques verdes...



...y hayas centenarias.



Subimos tranquilos y con buenos mochilones. En dos horas y media desde que salimos del coche, ya tenemos a tiro de piedra el refugio.



Los guardas ya han preparado los canapeses, los collares hawaianos y los diplomas de bienvenida. Hacemos como que entramos...



...pero no. Nos vamos al ibón de las Ranas a montar el chiringuito.



Momentos de reflexión...


...una pequeña siesta...


...y a cenar a las 19:00.


12 Junio 2011

Ponemos el despertador a las 4:00, que ahora amanece muy pronto y no queremos pillar cola en la brecha Latour. Pero a esas horas aún no somos personas.

Yo soy un sapo gordo (sapus gordus)



y Yolanda una salamandra muy elegante.



Vamos ganando metros y superando infinidad de collados mientras amanece. A la derecha la diabólica cresta del Diablo.



Y detrás los primeros rayos de Sol iluminando la marmolera de los Infiernos.



En el circo de la brecha Latour un negro nubarrón tapa lo que nos queda por delante.



Los neveros aún no son continuos y no colocamos crampones.



En una morrena intermedia, paramos a picar algo, abrigarnos y colocarnos hierros, arneses y guantes gordos. El sol acaba de deshacer las nubes y empieza la parte entretenida de la ascensión.



A mitad de corredor, aparece una zona de rocas y desde aquí la cosa parece muy vertical. Dejamos la cuerda a mano por si acaso...



Fríos amaneceres.



A la nieve prácticamente no le ha dado el sol y está genial para progresar.



Justo enfrente, la punta de roca a la que nos tenemos que subir.



Pero primero hay que subir el corredor de nieve.





Con la temporada más avanzada, la zona estrecha de corredor se convierte en un par de trepadas en roca con repisas intermedias de roca suelta.



Han colocado una cuerda fija que ya está medio rota pero que algo ayuda.



Las rocas de delante las rodeamos por la izquierda por una zona con nieve.
Y después el corredor tumba un poco y vemos a nuestra derecha las clavijas.



Lo más fácil es salirse aquí a la roca y no terminar el corredor de nieve.



Piolet a la espalda y a trepar en mixto (no confundir con el sandwich mixto).


En el paso duro, justo al salir de las clavijas (IIº+?).



Ya viene gente por los neveros de abajo.



A partir de aquí, una trepada fácil y con mucho ambiente. Sólo hay que preocuparse de no coger nada roto, no tirar piedras y no destrozar los crampones.



Desde la punta de la brecha ya vemos todo lo que nos queda hasta la cumbre. Una arista corta y fácil y una pala de nieve que no se hace del todo larga.



Yóland en el tramo de arista.



Pala de nieve orientada al Oeste, todavía con nieve dura.



Saliendo a las aristas lomosas de la cumbre.



Los últimos metros recuerdan un poco a la arista final del Bisaurín.


Grandes cornisas y por detrás el Vignemale y la norte del Taillón.



Cima a las 9:15. Con un par de mantas nos montamos un ala delta y bajamos volando...



En la cumbre nos alcanzan los cinco que venían por detrás y cuando bajamos de nuevo a la brecha ya vemos que no vamos a estar solos.


Montaremos todos los rápeles (5 de menos de 30 metros) que para eso hemos traído cuerdas.



Mientras rapelamos, otra pareja destrepa media pared y se ponen a rapelar por delante de nosotros.



Overbooking en la brecha Latour (y el casco?).



Ya que estamos aquí parados, le dejamos un cabo de cuerda a un grupo de tres para que destrepen la zona de las clavijas.

Y seguimos con los rápeles.



Durante la subida viene bien memorizar donde están para perder poco tiempo a la bajada.



Una vez finalizados los rápeles, plegamos cuerda, comemos algo y nos vamos de vuelta a la tienda. El tiempo está empeorando y no queremos mojarnos con las tormentas previstas para la tarde.

Pero al final no nos llueve. Con todo el mochilón y los 1.700 m de desnivel de bajada los pies se nos quedan así.


Midi d'Ossau: travesía Petit Pic-Grand Pic (III+, AD)

Andrés y yo llevábamos días rumiando una salida entresemana, pero no acabábamos de concretar actividad. Eduard (al que no veía desde la Norte del Almanzor) y Salva, tenían que saldar cuentas pendientes en el Midi d’Ossau. Así que, juntamos cordadas, elegimos los días con la meteo “menos mala” y para allá que nos fuimos.



El miércoles por la noche llegamos al Portalet a temperatura de comprar forfait (3’5ºC) y picamos vivac bajo el telesilla “Espelunciecha”.

9 Junio 2011

A las 5:00 en marcha. Primeras luces en el collado del Pombie. Primeras fotos en los lagos que hay entre el refu y el col de Peyreget.



Como marcaban las reseñas, unas 2 horas desde el coche.



Tomamos el sendero que sale hacia la derecha en dirección al Petit Pic, vamos ganando metros por pendientes herbosas y rodeamos una barrera de rocas por la izquierda.



Los hitos nos llevan a un collado del que parte un nevero inclinado con caída hacia Pombie.



No vemos claro el paso por el nevero y buscamos la trepada más fácil de la otra vertiente.



Y la trepada no es fácil (IIIº?) pero vemos hitos, manolitos y algún mojón.

De nuevo a plena cresta, con el tiempo bastante metido. No decían que por la mañana hacía bueno?



Ambiente otoñal. Por detrás los neveros que hemos evitado.



Ambiente invernal. Pequeño nevero cubriendo un collado.



Ambiente infernal. Detrás la cresta de las Flammes de Pierre.



Después de una placa tumbada y expuesta (paso encajonado al final y posible rápel a la izquierda) y de un destrepe de 5 metros indicado en las reseñas, llegamos al paso clave del Petit Pic: el largo de III+.

Empezamos sin cuerda, pero a los pocos metros nos damos cuenta de que mejor la sacamos. Que el paso es expuesto y la roca está mojada.



Eduard boquiabiértico viendo lo que se le viene encima. Sí, la foto está torcida y el paso no era tan vertical.



Montamos reunión reforzando cordinos viejos y echamos un largo de cuerda. Al final no llegaba con 30 metros y subimos en simple.



Vistazo atrás a mitad de largo.



Por aquello del tacto, me quito los guantes para escalar y llego arriba con los dedos como palitos de cangrejo. Tacto nulo y dolores varios.

Eduard llegando a la reunión y sufriendo sus propios “palitos de cangrejo”.



La reunión cuesta encontrarla. Parabolt y clavo en el suelo.



Como ellos ya han estado en el Petit Pic, mientras sube Salva y buscan los rápeles, me voy yo solito a la cumbre del Petit Pic. Trepadas entretenidas y vistas casi nulas.




Pero no del todo nulas. En un momento de despeje, aparece lo que nos queda por delante. La pared del Grand Pic y las famosas placas grises (o eran blancas?).



Destrepamos los primeros metros hacia el collado de la Fourche hasta encontrar una zona más vertical equipada con un rápel.



Juntamos las dos cuerdas de 60 y para abajo.



Hay una instalación intermedia para hacer dos rápeles de menos de 30 metros.






Eduard con el botín del día. Un empotrador abandonado que formaba parte de la reunión de un abandono un tanto extraño.




Desde el final del rápel, aun quedan unos metros de destrepe con roca rotísima hasta llegar a la altura del collado de la Fourche y de nuevo ganar desnivel hacia las temidas placas grises.



Vistazo atrás. Muy abajo el verde valle de Bious-Artigues.



Como la idea original de la actividad era de ellos, les dejamos pasar primero por las placas (III+).





Primer seguro en un clavo.



Entre el hielo que asoma en alguna fisura, el fuerte viento y la niebla yendo y viniendo parece que estemos en la norte del Eiger...



Ya al final de la placa. A falta de chapar el clavo que hay bajo sus pies y después de haber metido un empotrador en las fisuras de la parte de arriba.



Yo, viendo que me quedaba el último me he puesto el plumas para “templar” la espera.
Andrés irá de primero de mi cordada, que sus zapatillas parece que adhieren mejor que mis botas semis.



Después de la placa aun quedan bastantes metros de chimenea-diedro vertical y con buenas presas (IIIº) con lo que queda un largo de unos 40-45 metros.

Ya desencordados, tomamos una repisa hacia la izquierda (siguiendo hitos) y continuamos con la faena.



Aun quedan bastantes trepadas de IIº-IIIº por un terreno donde no hay que embarcarse y con buen patio por debajo.



Tramos de andar...



...y tramos de trepar por donde cada uno considera mejor.



Finalmente salimos a la arista horizontal del Grand Pic...



...y llegamos a la cumbre bajo una espesa niebla.



Las 13:00, 8 horas desde el coche. Y eso que sólo hemos asegurado dos largos y hecho un rápel.

Para bajar de la cumbre, imprescindible el piolet. Hay un ancho e inclinado nevero que no se puede evitar.



Llegamos a la cruz que marca el final de la tercera chimenea y el tiempo parece que quiere mejorar.



Mucho más tranquilos, sabiendo que queda poco para pisar suelo firme.




Y de momento, sin mojarnos.



En el rápel de la segunda chimenea. Salva y yo nos llevamos la otra cuerda y vamos montando el rápel de la primera chimenea.



Y ahora sí, que llueva lo que quiera.



Precioso sendero de vuelta al refugio de Pombie.





Nos despedimos del “gigante”...



...y nos vamos al refu a por una merecida cerveza.



O la cerveza era muy buena o el chiste muy bueno.



Contra todo pronóstico, la tarde fue mucho mejor que la mañana y no cayó ni una gota de agua hasta que llegamos al coche.