El Pico de Alba tiene una de las mejores esquiadas del Pirineo. Casi 1400 metros de desnivel desde su cima hasta los Llanos del Hospital, en una bajada directa por los famosos tubos de Paderna.
11 Abril 2015
Optamos por la "versión suave", aproximando por la Renclusa y haciendo noche allí, que Yolanda ha hecho pocos metros de desnivel este año y yo aun voy con las piernas "al dente" del Margalida.
El ibón del plan del Están va descongelándose poco a poco.
Subimos en una larga diagonal, sin pasar por la Besurta, por una huella más o menos buena, que a veces pide cuchillas.
Llegamos a la hora de comer a la Renclusa.
12 Abril 2015
El amanecer nos alcanza en las primeras rampas de la jornada, camino de los Ibones de la Renclusa.
La nieve está dura y se va más cómodo con crampones y los esquís en la espalda.
Primeras luces sobre el Pico Paderna.
Estamos a primeros de Abril y las zonas más expuestas al sol ya han ido purgando bastante.
Palas que dicen: "firme aquí".
Un numeroso grupo nos adelanta. Algunos caminando y otros con esquís.
Nos viene bien para ir aprovechando su huella.
Los que vamos caminando, subimos prácticamente "en recto" por las zonas de sombra, buscando la nieve dura y encontrando nieve costra. Los de esquís, por el sol y trazando amplias zetas.
Superamos esa zona de más pendiente y alcanzamos un amplio "plateau" donde podemos colocar esquís y foquear a plena satisfacción.
La luna, queriendo destacar en un día radiante.
Un grupo dirigiéndose al Pico Mir y Sayó.
Nosotros tenemos justo delante el Pico de Alba, al que accederemos por el collado tan nevado que se intuye a la derecha.
El collado se puede superar con los esquís puestos, pero exige buena técnica de escalera y nervios templados. Desde aquí las vistas son espectaculares. Magnífico ambiente de esquí de montaña pirenaico primaveral.
La zona de transición y el parking de esquís, abarrotado de gente. De los dos corredores diagonales, iremos por el de la izquierda.
Una vez dentro, el corredor es una sencilla pala de nieve, algo expuesta, donde será suficiente con una técnica adecuada de crampones y piolet.
Después, un flanqueo casi horizontal por la cara Oeste de la montaña...
...para volver a ganar metros por unas palas nevadas que nos llevan directamente...
...a la arista cimera.
Yolanda se ha quedado antes del corredor, y vengo en solitario y con algo de prisa. Se están metiendo nubes y no quiero perder visibilidad en el largo descenso que nos espera.
Foto de cima, sin selfie's ni moderneces de mierda.
Las últimas trepadas del día, están a tutiplén de gente. Un grupo bien grande de italianos, aderezado con gente de Alicante, Zaragoza...
Hay tramos en los que no vale la pena ir adelantando gente y es mejor seguir la huella y disfrutar de las vistas.
Destrepamos sin novedad el corredor diagonal y alcanzamos de nuevo el lugar donde hemos dejado los esquís.
La visibilidad sigue siendo más o menos buena, pero estas cotas altas guardan un "mix pirenaico" de esos difíciles de gestionar.
Zonas muy heladas, con tramos de nieve costra y nieve primavera muy profunda conforme perdemos altura.
Pese a todo, la bajada se disfruta y es más o menos digna.
Llevamos a los italianos a rueda, que van sobrados de nivel, pero nos quieren cerca para que les indiquemos el paso de los tubos de Paderna.
Y es ahí cuando despliegan sus mejores dotes de esquiadores dolomíticos veteranos. Da gusto ver a 15 sexagenarios y sexagenarias, del mismo centro de Venecia, con su pelo canoso, bajando con giro por salto los inclinados tubos. Que por cierto, estaban en perfectas condiciones para esquiar.
El último tramo de bosque, es un divertido circuito entre árboles que nos lleva sin apenas remar, a los Llanos del Hospital.
Preciosa circular, ideal para la época invernal o principio de la primavera, cuando la nieve todavía nos obliga a salir de Llanos del Hospital con los esquís puestos.
Una ascensión tope clásica del esquí de montaña, al mismo nivel que el Aneto y la Maladeta y seguramente algo menos masificada (o no, según el día).
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