El techo de los Pirineos atrae cada año a miles de montañeros ilusionados con pisar su cumbre.
Si la forma física es la adecuada y las condiciones de nieve acompañan, la primavera es una época muy gratificante para conseguir nuestro objetivo.
2 Abril 2015
En esta ocasión, acompañaremos a un grupo motivadísimo del Club Accilant de Guadix (Granada). La de kilómetros que han tenido que hacer para llegar hasta aquí!
Todavía están abiertas las pistas de esquí de fondo de Llanos del Hospital, por lo que la aproximación se alarga un poco.
El objetivo de hoy, únicamente es llegar a la Renclusa, en un par de horas de marcha tranquila.
Poco antes del Plan del Están, nos sorprenden los restos del enorme alud que ha caído de la cara sur del Salbaguardia. Muchísimos árboles arrancados de cuajo en un alud que llegó a atravesar la pista de esquí.
El ibón que se forma todos los años en el Plan del Están, todavía semicongelado.
La huella hasta el refugio de la Renclusa está bien marcada, en plenas vacaciones de Pascua se nota que la zona está muy frecuentada.
Una vez en el refugio, tenemos toda la tarde libre para retozar por los alrededores, regular crampones, jugar a las cartas y planificar la ascensión de mañana.
Con estos móviles modernos se pueden hacer hasta fotos esféricas. Gracias Javi! Pincha en la foto para verla muy interactivamente:
3 Abril 2015
Sobre las 6 de la mañana sirven el desayuno y mientras amanece salimos del refugio con la moral alta y las fuerzas intactas.
Somos un grupo grande y es inevitable que se vaya alargando en esta interminable rampa hasta alcanzar la cota del Portillón Superior.
La "cabeza de carrera" desde las posiciones traseras.
El paso del Portillón vuelve a reagruparnos a todos. Un corto destrepe de nieve con algo de inclinación, nos deposita en el larguísimo glaciar del Aneto.
Vistazo atrás, hacia el Portillón Superior.
Ya vamos sumando horas de ascensión y toca hacer una nueva parada de avituallamiento. La meteo se mantiene espectacular. Buena visibilidad y algo de fresco, la nieve perfecta para caminar.
A partir del collado de Coronas, la pendiente vuelve a picar para arriba y afrontamos los últimos 200 metros de desnivel sobre una nieve costra con buena huella.
Todavía no hay demasiada gente en el famoso Paso de Mahoma (mejor llamarlo "Puente de Mahoma") y aprovechamos para colocar una cuerda a modo de pasamanos.
El grupo en pleno meollo.
Y todos reunidos en la cumbre del Aneto (3.404 m). Enhorabuena chic@s!
Gran trabajo en equipo, para llegar a la cumbre en unas 5 horas desde la Renclusa.
Tráfico lento, nivel amarillo, sentido descendente.
Fijadores de cuerda.
Ya fuera de la zona masificada, en el collado junto a la Punta Oliveras, nos merecemos un "refrigerio" con vistas al Turbón y el Cotiella.
Minutos más tarde, mientras desciendo absorto en mis absortidades, una leyenda viva del alpinismo mundial se cruza en mi camino.
Consigo saludarle y cruzar con él cuatro palabras. Ese culo y esas suelas de bota son del gran Alberto Iñurrategui.
Tras lo que he llamado "el Encuentro", obligo al grupo a ponerse en formación lineal mirando a Bagneres de Luchon y a reflexionar acerca de nuestro papel en el universo, del papel de otros en el universo, y de si existen los universos paralelos, así sin entrar en más detalles.
La mirada al infinito y las teorías filosófico-gravitacionales las debemos dejar de lado en el Portillón Superior, que hay mala caidita si no nos concentramos en el manejo de los crampones y el piolet.
Las vistas del Aneto desde este punto se merecen una foto.
Y luego, descenso sobre una nieve cada vez más profunda, para llegar al refugio sobre las 16:30. Buen horario!
Tenemos horas de sobra para secar botas y polainas, ducharnos, rehidratarnos con derivados de la cebada...
...hacer fotos artísticas...
...y pegarnos una cena de campeonato con doble ración de chupitos de la casa. Antonio aun se acordará del grupo de andaluces!
Y entre chupito y chupito nadie dice de no hacer otro tresmil mañana. Serán capaces de seguir con el plan previsto para mañana?
Jbel Toubkal (4.167 m), en circular
En la medianoche marroquí, un "grand taxi" de asientos peludos, devora kilómetros y curvas peligrosas camino del Alto Atlas.
Son casi las 2 de la madrugada cuando llegamos a nuestro destino y podemos disfrutar de un sueño reparador en la pequeña aldea de Mzik.
13 Marzo 2015
El amanecer nos recibe con unos cuencos llenos de diferentes tipos de aceitunas (todas buenísimas!), una tortilla sabor "huevo" como hacía años que no probaba, mantequilla, mermeladas, pan...
...y una meteo perfecta para la excursión de hoy.
Nos despedimos de nuestros anfitriones...
...y ponemos rumbo al Toubkal.
Subimos sin mulas pero con todas las comidas contratadas.
Así que, cuando pasamos por el famoso Sidi Chamharouch,
nos tienen que dar el "alto". Vamos a mesa puesta. Primer plato, segundo y postre. A plena satisfacción oiga.
Reposamos unos minutitos y continuamos por el sendero, que en unas cuantas revueltas, coge bastante desnivel, hasta la zona donde comienza la nieve.
Procedemos al cambio de zapatillas por botas, mientras los burros y nosotros, observamos al nutrido grupo de esquiadores que inician su foqueo.
No es mal sitio para pegarse una esquiada exótica.
El último tramo hasta el refugio siempre se hace pesado, que a lo tonto a lo tonto, subes 1400 metros de desnivel este primer día.
Respecto a la otra vez que estuve por aquí, las cosas parece que han mejorado bastante. Llegamos a pasar calor tanto en las habitaciones como en los comedores y las chimeneas ya no inundan de humo el refugio.
14 Marzo 2015
Para el ascenso al Toubkal tenemos unos 950 metros de desnivel y horario estimado de vuelo de 3-4 horas. Hay que madrugar para coger la nieve transformada, pero tampoco hace falta salir de noche.
La primera rampa es durita y pilla en frío. Las nuevas Bestard FF Trek Alpine Lady de Yolanda (aquellas que ganamos en el concurso de Landher), se comportan a la perfección en este terreno que pide crampones, buena sujección y ligereza.
Vamos por la ruta normal, siguiendo una marcada huella que remonta el Ikhibi Sur.
Un gran grupo de esquiadores catalanes ha salido un ratito antes que nosotros.
Nieve cambiante y algo venteada en los sucesivos collados que vamos pasando. Al fondo, el Biiguinnoussene, con el Dedo del Tadat en el collado de la derecha.
En los últimos metros de ascensión, hay que ir buscando la nieve para no quitar crampones. Buenas vistas sobre el Timezguida, Ras y Akioud.
Mini-penitentes camino de la cumbre.
Ya queda poco.
La altura nos hace redoblar esfuerzos y provoca extraños efectos ópticos.
Cumbre del Toubkal.
Saboreamos la cima totalmente solos.
Para el descenso se nos ocurre bajar por el Ikhibi Norte, un valle paralelo al de la ruta normal del Ikhibi Sur.
Simplemente hay que descender por una arista rocosa en dirección al Imouzzer. Nos asomamos y comprobamos que el asunto es factible.
Algunos destrepes sencillos...
...flanqueos por nieve...
...y enseguida estamos en el amplio Ikhibi Norte.
Con unas condiciones ideales para bajarlo con esquís. Sin huellas, sin trazas, sin nieve venteada o costra...
A la hora de comer llegamos de nuevo al refugio, tenemos una cita con la gastronomía local.
Y la sobremesa es de lo más entretenida viendo cómo se enciende una chimenea por estas latitudes.
Vistazo general a la ruta de hoy. Bonita y asequible circular.
15 Marzo 2015
Hoy toca volver a Mzik y regresar a Marrakech, para turistear por el país.
A mi me queda pendiente un pico de nombre impronunciable, que supera en 2 metros la cifra mágica de los 4000 y con un corredor que desemboca prácticamente en la puerta del refugio.
Imposible no madrugar y pegarle un tiento en solitario al Biiguinnoussene ese.
El corredor está orientado al este y recibe los rayos del sol desde primera hora de la mañana. En su parte central se ensancha bastante y nos permite ir directos a la cumbre o algo más a la derecha en busca del collado y el Dedo del Tadat.
Hasta aquí la cosa ha ido más o menos bien. Poca huella, nieve durita y buen ritmo de ascenso.
Desde el collado (Tizin'Tadat), hay que rodear el Dedo por la cara oeste, con nieve muy dura y buena caidita. Paso delicado, que no me ha dado buenas sensaciones y decido no volver a repetir a la bajada. Lo que queda por delante no parece muy complicado, pero no me veo con ganas de destrepar todo el corredor con un solo piolet y yendo en solitario.
Regreso por el collado que se intuye a la izquierda, para entrar de nuevo al corredor y destreparlo entero. Hoy no era el día.
Parte central del corredor, 35-40º de inclinación, terreno ideal para el esquí de pendiente.
Por ahí baja un insignificante puntito que ha estado toda la mañana luchando contra sus miedos.
Ya en el refugio, cargamos nuestras cosas y nos despedimos de las personas...
...y animales que pueblan este rincón del Atlas.
A los de Sidi Chamharouch les debemos un zumo del día de subida, que por aquello de aligerar no llevamos monedas, sólo billetes.
La solución es pedirse otro par de zumos. Ah, y acompañarlos con un pan que nos ha regalado un porteador cuando le hemos ofrecido las chocolatinas que nos sobraban. Viva el trueque y la amabilidad!
Tranquilamente, llegamos a Aremd, donde los campos verdes y el murmullo del río se mezcla con la aridez del paisaje y las nieves del Atlas en una imagen casi himaláyica.
Y de Aremd a Mzik, con una mochila que cada segundo que pasa parece que pese más...
...y con la mente puesta en tomarnos un buen té y una tortilla de esas que saben a huevo ecológico categoría Premium Top.
Esa misma tarde, regresaremos a Marrakech, para seguir descubriendo los contrastes de Marruecos.
Son casi las 2 de la madrugada cuando llegamos a nuestro destino y podemos disfrutar de un sueño reparador en la pequeña aldea de Mzik.
13 Marzo 2015
El amanecer nos recibe con unos cuencos llenos de diferentes tipos de aceitunas (todas buenísimas!), una tortilla sabor "huevo" como hacía años que no probaba, mantequilla, mermeladas, pan...
...y una meteo perfecta para la excursión de hoy.
Nos despedimos de nuestros anfitriones...
...y ponemos rumbo al Toubkal.
Subimos sin mulas pero con todas las comidas contratadas.
Así que, cuando pasamos por el famoso Sidi Chamharouch,
nos tienen que dar el "alto". Vamos a mesa puesta. Primer plato, segundo y postre. A plena satisfacción oiga.
Reposamos unos minutitos y continuamos por el sendero, que en unas cuantas revueltas, coge bastante desnivel, hasta la zona donde comienza la nieve.
Procedemos al cambio de zapatillas por botas, mientras los burros y nosotros, observamos al nutrido grupo de esquiadores que inician su foqueo.
No es mal sitio para pegarse una esquiada exótica.
El último tramo hasta el refugio siempre se hace pesado, que a lo tonto a lo tonto, subes 1400 metros de desnivel este primer día.
Respecto a la otra vez que estuve por aquí, las cosas parece que han mejorado bastante. Llegamos a pasar calor tanto en las habitaciones como en los comedores y las chimeneas ya no inundan de humo el refugio.
14 Marzo 2015
Para el ascenso al Toubkal tenemos unos 950 metros de desnivel y horario estimado de vuelo de 3-4 horas. Hay que madrugar para coger la nieve transformada, pero tampoco hace falta salir de noche.
La primera rampa es durita y pilla en frío. Las nuevas Bestard FF Trek Alpine Lady de Yolanda (aquellas que ganamos en el concurso de Landher), se comportan a la perfección en este terreno que pide crampones, buena sujección y ligereza.
Vamos por la ruta normal, siguiendo una marcada huella que remonta el Ikhibi Sur.
Un gran grupo de esquiadores catalanes ha salido un ratito antes que nosotros.
Nieve cambiante y algo venteada en los sucesivos collados que vamos pasando. Al fondo, el Biiguinnoussene, con el Dedo del Tadat en el collado de la derecha.
En los últimos metros de ascensión, hay que ir buscando la nieve para no quitar crampones. Buenas vistas sobre el Timezguida, Ras y Akioud.
Mini-penitentes camino de la cumbre.
Ya queda poco.
La altura nos hace redoblar esfuerzos y provoca extraños efectos ópticos.
Cumbre del Toubkal.
Saboreamos la cima totalmente solos.
Para el descenso se nos ocurre bajar por el Ikhibi Norte, un valle paralelo al de la ruta normal del Ikhibi Sur.
Simplemente hay que descender por una arista rocosa en dirección al Imouzzer. Nos asomamos y comprobamos que el asunto es factible.
Algunos destrepes sencillos...
...flanqueos por nieve...
...y enseguida estamos en el amplio Ikhibi Norte.
Con unas condiciones ideales para bajarlo con esquís. Sin huellas, sin trazas, sin nieve venteada o costra...
A la hora de comer llegamos de nuevo al refugio, tenemos una cita con la gastronomía local.
Y la sobremesa es de lo más entretenida viendo cómo se enciende una chimenea por estas latitudes.
Vistazo general a la ruta de hoy. Bonita y asequible circular.
15 Marzo 2015
Hoy toca volver a Mzik y regresar a Marrakech, para turistear por el país.
A mi me queda pendiente un pico de nombre impronunciable, que supera en 2 metros la cifra mágica de los 4000 y con un corredor que desemboca prácticamente en la puerta del refugio.
Imposible no madrugar y pegarle un tiento en solitario al Biiguinnoussene ese.
El corredor está orientado al este y recibe los rayos del sol desde primera hora de la mañana. En su parte central se ensancha bastante y nos permite ir directos a la cumbre o algo más a la derecha en busca del collado y el Dedo del Tadat.
Hasta aquí la cosa ha ido más o menos bien. Poca huella, nieve durita y buen ritmo de ascenso.
Desde el collado (Tizin'Tadat), hay que rodear el Dedo por la cara oeste, con nieve muy dura y buena caidita. Paso delicado, que no me ha dado buenas sensaciones y decido no volver a repetir a la bajada. Lo que queda por delante no parece muy complicado, pero no me veo con ganas de destrepar todo el corredor con un solo piolet y yendo en solitario.
Regreso por el collado que se intuye a la izquierda, para entrar de nuevo al corredor y destreparlo entero. Hoy no era el día.
Parte central del corredor, 35-40º de inclinación, terreno ideal para el esquí de pendiente.
Por ahí baja un insignificante puntito que ha estado toda la mañana luchando contra sus miedos.
Ya en el refugio, cargamos nuestras cosas y nos despedimos de las personas...
...y animales que pueblan este rincón del Atlas.
A los de Sidi Chamharouch les debemos un zumo del día de subida, que por aquello de aligerar no llevamos monedas, sólo billetes.
La solución es pedirse otro par de zumos. Ah, y acompañarlos con un pan que nos ha regalado un porteador cuando le hemos ofrecido las chocolatinas que nos sobraban. Viva el trueque y la amabilidad!
Tranquilamente, llegamos a Aremd, donde los campos verdes y el murmullo del río se mezcla con la aridez del paisaje y las nieves del Atlas en una imagen casi himaláyica.
Y de Aremd a Mzik, con una mochila que cada segundo que pasa parece que pese más...
...y con la mente puesta en tomarnos un buen té y una tortilla de esas que saben a huevo ecológico categoría Premium Top.
Esa misma tarde, regresaremos a Marrakech, para seguir descubriendo los contrastes de Marruecos.
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