A mitad de Septiembre estuvimos en este precioso volcán, que resulta ser la montaña más alta de Españñña. Su ascensión no tiene dificultades técnicas (sendero más o menos cómodo), pero no deja de ser una excursión que culmina a 3.700 metros de altitud por lo que es imprescindible chequear la meteo, la posibilidad de pillar el monte nevado y ciertos dolores de cabeza si no llevamos bien la altura. Además, es obligatorio solicitar un permiso gratuito de acceso en la central de reservas, con meses de antelación porque las plazas se llenan rápido.
Septiembre 2022
Amanece con una bonita nube lenticular doble (altocumulus lenticularis duplicatus), signo de fuertes vientos en altura.
Salimos caminando del pequeño aparcamiento de Montaña Blanca. Hemos madrugado bastante, pero aun así tenemos problemas para encontrar hueco donde dejar el coche. Parece que hay mucha gente que ha subido a media noche para ver amanecer en la cima.
Estando en Septiembre, visitando un sitio de roca, viento y fuego, la música no podía ser otra:
"Do you remember The 21st night of September? Love was changin' the minds of pretenders While chasin' the clouds away"
El inicio es algo aburrido ya que está prohibido tomar los atajos que acortan los grandes rodeos de la pista forestal. Incluso en el estratosférico récord de Ohiana Kortázar, respetaron la normativa, como debe ser.
Pelotos volcánicos, los "Huevos del Teide" según el mapa.
"Our hearts were ringin' In the key that our souls were singin' As we danced in the night, remember How the stars stole the night away, oh, yeah"
Por fin abandonaremos la pista forestal y subiremos por un sendero que sale a mano derecha y remonta la ladera que tenemos enfrente, más o menos por el cambio de color.
"Hey, hey, hey Ba-dee-ya, say, do you remember? Ba-dee-ya, dancin' in September Ba-dee-ya, never was a cloudy day"
Ganamos desnivel rápidamente y llegamos al Refugio Altavista, cerrado y sin pinta de que vuelva a abrir en breve.
Sigue la nube lenticular metida junto a la cima.
Pasamos junto a la estación superior del teleférico (hoy cerrado por el viento) y continuamos para arriba.
Empieza a oler a azufre.
Últimos metros, fuerte ventarrón.
Lamentable foto de cima, gorra a punto de salir volando y el tirador de la cremallera pegando en la napia.
Nos vamos para abajo.
Detalle de la nube lenticular, anillo abierto en unos pocos metros a sotavento.
Nube lenticular mutando a nube fantasma.
Y lo mismo en formato vídeo, para apresiar la velosidad del asunto:
Seguimos bajando hacia la pista forestal, tras un descansete en el refugio.
Coladas, huevos y humanoides.
Ya en el aparcamiento, hacemos unos km de coche y nos vamos a visitar el lugar donde "fabricaban" los billetes de 1.000 ptas (chiste realmente penoso, obsoleto, del siglo pasado).
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