A finales de año se alinearon los astros y pudimos organizar un viaje a Alpes con intención de catar buen hielo. Teníamos bastante información y buenas referencias de Cogne así que para allá que nos fuimos.
La receta fue fácil: Vuelo barato(VLC-Bérgamo, 12€ ida y vuelta)+Alquiler de coche+Media pensión en el Albergo Belvedere.
Croquis de las cascadas por internet, en el bar Licone de Cogne y en este libro.
El primer día, como es sábado, está todo a tutiplén de gente y tenemos que dormir donde hay hueco. Encontramos un hueco muy bueno en Epinel, antes de Cogne.
Deshacemos petates, preparamos mochilas y a dormir prontito.
23 Enero 2011
Para hoy tenemos en mente la Cascade de Lillaz (II, 3, 250m), ideal como toma de contacto y con una aproximación que tiende a cero. Reuniones equipadas (a veces por duplicado) y masificación casi todos los días.
El valle nos recibe con unos buenos -15,5ºC. Para evitar problemas no hay nada como escalar con el plumas y llenar el termo de té hirviendo.
Pese al frío el río no se para.
Más a nuestra derecha hay una cordada subiendo un primer largo, pero aquello no parece un grado 3 y nos vamos a por una entrada a la cascada algo más tranquila.
Pequeños resaltes de hielo y algún muro más continuo que nos deja al borde de una gran balsa de agua parcialmente congelada.
Montamos reunión en un árbol y voy de primero en el segundo largo.
Un muro no muy largo con caidita directa a poza de agua fresca.
Después viene un tramo de andar. Remontamos el barranco hasta el siguiente resalte de hielo. Vistazo general del tercer largo, nosotros por la derecha y el resto de gente por la izquierda.
El siguiente largo viene casi a continuación del anterior. Unos franceses montan reunión a mitad de muro pero decido adelantarlos por el carril de la izquierda y tirar hasta arriba del todo.
Reunión con dos tornillos ya que las dos reuniones de parabolts están ocupadas. La gente suele acabar aquí la cascada y descienden por una senda que sale a nuestra derecha. Pero como es pronto y Hugo viene con ganas de hielo vertical nos vamos hacia la izquierda a hacer un último largo.
Cinco o seis metros bien verticales que dan paso a un muro fácil donde por fin nos da el sol.
Ideal para dejar buen sabor de boca y calentar el cuerpo después de todo el día por debajo de los -10ºC.
Descenso muy cómodo por un sendero que baja directamente al pueblo de Lillaz.
Y mejor que beber refrescos congelados, entramos al bar a mirar croquises para la actividad de mañana...
Muy guapo compañeros, me lo apunto para otro año,,buena zona, buen hielo..
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