Perdidos en la provincia de Teruel, lejos de las grandes vías de comunicación y rodeados por diminutos pueblos, los Órganos de Montoro son un regalo para la vista y para los escaladores.
Coged un juego completo de friends (hasta el Camalot nº3), un juego completo de empotradores, buscad un día ni demasiado frío ni demasiado cálido (vía en cara Sur) y preparaos para una roca caliza que pasa de muy mala a muy buena en apenas unos metros.
La “tope clásica” de la zona es la Abraxas, pero como no nos atrevemos aún con su interminable diedro de 90 metros y su grado que cada año se revaloriza más, nos conformaremos con la Colombiomanía, que tampoco es manca: mucha autoprotección y un diedro Abraxas en miniatura en el largo 4.
10 Marzo 2012
Noche muy fría (-5ºC) junto al río Guadalope, hoy no hace falta madrugar demasiado. La aproximación es corta y queremos que nos dé el Sol mientras escalamos.
Como estamos aislados del mundo, aquí el cruce del río se hace a pinrel. Arremangamiento del pantalón hasta la zona rodillesca y a pasar rápido mientras los pies chillan de dolor.
L1 (60m, IV+): el primer largo me pilló frío y con los pies fríos e insensibles. Un IV+ que casi es V, donde vienen muy bien los 4 parabolts que protegen el primer muro.
Después, unas repisas llenas de piedra suelta (ojo con las que tiremos) y un par de muros fáciles protegidos también con parabolt.
Más arriba, la línea de bolts va ligeramente a la izquierda. Nuestra primera reunión está en un árbol algo a la derecha, así que cambio de chip y continúo por muros a proteger para salir directamente a esa reunión.
Yolanda en la segunda mitad del largo:
Hemos hecho dos largos en uno, y en 60 metros ya estamos en la R2 de los croquis de los Kutres.
L2 (IV+): turno de Gabi.
Largo limpio hasta montar reunión en el siguiente árbol.
Paso tonto de diedro al final del largo.
L3 (IV, 15m): diedro-chimenea guarrete con roca rota a mano derecha y una buena fisura a nuestra izquierda donde los cacharros entran bastante bien.
Largo corto pero que requiere algo de trabajo.
Cómoda reunión al pie del diedro chulo de la vía.
L4 (V/V+): perfecto e inconfundible diedro.
Mantenido, físico y sólo equipado con un puente de roca en la parte alta.
Gabi le echa huevos y lo sufre, protege, encadena y disfruta (por este orden).
Pano del diedro completo:
Los demás vamos retirando piezas y confirmando que si le dieran V+ no pasaría nada…
L5 (V-): sabemos que lo duro ha pasado, pero lo que queda no es moco de un pavo.
Por delante, otro diedro-fisura a equipar, con roca rotísima que exige delicadeza a grandes dosis.
Aérea reunión mientras una cordada de tres hace vida en el famoso diedro de la Abraxas.
Vistazo atrás en el comienzo del L5, apréciese la roca crocanti:
Gabi y Yolanda terminando el largo:
Mientras, pano de la otra cordada peleándo con la Abraxas:
L6 (IV+): paso tonto nada más comenzar el largo. Montar la R6 al final del gendarme, laceando algún bloque. Detalle de la R6 desde el inicio del L7.
Preciosas vistas a nuestra derecha:
L7 (III): aéreo collado hasta alcanzar el último muro del día. Atacarlo por un vira diagonal a derechas hasta llegar a la arista.
Continuar la arista hasta el punto más alto. Podemos montar reunión en un árbol, laceando el gendarme final o algo a la derecha en los grandes bloques de la cumbre.
Foto de fin de vía:
El descenso tampoco va a ser evidente. Alcanzamos unos hitos en un collado que queda a nuestra derecha y a partir de aquí seguimos rastros y trazas de cosas que no llegan a ser sendero. El paisaje sigue siendo espectacular pero no encontramos la canal de descenso.
Pensamos que era ésta, pero no. Hay mucha piedra suelta y no queremos rapelar sin saber a dónde vamos.
Tras superar un nuevo collado nos aventuramos a bajar por la canal que tenemos delante.
Detrepes fáciles pero con roca rota por todas partes para llegar, por fin, al río Guadalope. Nuestra canal desemboca justo en la zona equipada con cable. Gabi (por una vez) no se libra de esta mini-ferrata (paso duro a mitad de cable!)
A estas horas de la tarde ya no hay ganas de remojarse los pies, así que para cruzar el río y regresar al coche, nos las apañamos con un salto de 1,20 m estilo Carl Lewis en 1984 y una obra de ingeniería a base de traslado manual de pedrusco gordo.
Muy contentos con la escalada y con el paisaje,
nos vamos a Montoro de Mezquita a por unas merecidas cervezas. El pueblo es muy bonito pero no hay bar ni cervezas (o no lo encontramos). Mejor vamos a Ejulve, que no es tan bonito pero está camino de les Roques de Masmut…
estupennnnnndo reportaje!!!!!!!!!!
ResponderEliminarMe ha encantado!!! Preciosa cresta
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