*Robert y yo escalamos la línea de la izquierda (grado 4 aprox). Todavía más a la izquierda, por lo más vertical, tendríamos grado 4+.
** Los grados de inclinación son aproximados, que ya se sabe que el hielo no siempre se forma igual.
12 Marzo 2016
Cuando ya pensábamos que pasaríamos todo el invierno sin escalar en hielo, surge la oportunidad de sacar un fin de semana de frío, buena meteo y buena banda para pegar mamporrazos.
Salimos desde el aparcamiento que hay antes de Llanos del Hospital, que el parking del hotel es sólo para clientes. Con el monte bastante cargado de nieve, decidimos aproximar con esquís.
Un vistazo al Salvaguardia, qué peligro tienen esas laderas que ven el sol todo el día.
Ahí va la tropa.
Ya tenemos a la vista la cascada, las condiciones no son las mejores, pero la cosa se ve totalmente escalable.
Últimas zetas del día.
Y ya al pie de la cascada, mazapán a la boca y nos ponemos el disfraz de escaladores de hielo.
Ouhhh, yeah!
"Todavía recuerdo, tete, cuando te dejé en cassette
aquella maqueta de los Running Wild
Tú eras un polluelo, un friki de tercero, un imberbe
Gracias al metal te hiciste popular."
Hugo y Alejandro escalarán por la parte derecha de la cascada y Robert y yo, unos metros a su izquierda.
Primeros mamporrazos, hachas mordiendo hielo.
Hugo asegurando a Alejandro desde la reunión de parabolts y yo a puntito de darme un descanso y montar la R1 a mitad de muro.
Alejandro en el L1.
Por ahí viene Robert.
"Yo te mostré el secreto, nene. Yo te inicié!
En el mundo del rock huevero. Yo te vi nacer!"
"Mi hacha hizo tu culo
No me busques chaval (así vas mal eh?)"
Alejandro comenzando el L2, que tiene unos metros a 90º.
"Mi hacha hizo tu culo
Mi espada hizo tu ojal."
El L2 es bastante parecido al L1, mantenido y con tramos verticales. Los más heavys del condado podrán hacer largos de 60m, pero nuestros sólos de guitarra no dan para más de 30 metros.
L3, unos 10-15 metros de muro principal, para llegar a un tramo hueco con agua chorreando y meternos en un corredor de nieve/hielo (máx 65º). R3 a unos 40 metros en un árbol. Los últimos 10 metros podemos hacerlos por la derecha (por donde fuimos nosotros) o por la izquierda por una columna ancha de hielo a 80º (por donde fueron Hugo y Alejandro).
"Me daba vergüenza
que nos vieran juntos a los dos
Además de brasas
eras virgen y empollón (qué desastre)
Aún así, te permití
darme tu almuerzo a cambio de mi protección
me ofreciste a tu hermana
pero tío, era un lechón!"
A nuestra derecha Alejandro comenzando el L3.
Detalle de la güija que hemos montado en la R2. Los Dioses del Metal no se privan de nada, tres tornillos para asegurar a plena satisfacción.
Aigualluts a vista de dragón.
Por ahí viene un metalero, terminando la cascada de hielo y empezando el tramo de nieve hasta la R3.
Ya le está cascando un buen solazo a la cascada y lo mejor es bajar rapidito de aquí. A éstas horas, mejor rapelando que caminando. Aquí se ve bien la variante izquierda del L3 (80º hielo, para las pechugas más fornidas).
"Y ahora te encuentro, palomita ¿pinchando en Pachá?
Vendiendo tu culo a los modernos, te voy a escalabrar."
Hacemos un rápel desde R3 hasta la R1 de los colegas.
Y otro de R1 al suelo. Detalle de los piercings de la R1 que hay en el borde derecho de la cascada.
Dejarmos la cuerda pasada por esa R1 y haremos unos top-ropes al sol.
Tras unos sorbos de kalimotxo y unos chupitos de sangre de Odín, retomamos la tralla y los mamporrazos.
"Mi hacha hizo tu culo
Mi litrona te dio de mamar
Mi hacha hizo tu culo
Mi espada hizo tu ojal."
"Esto nos debe enseñar una lección,
el metal es un tesoro demasiado valioso (y molón),
en el instituto no debéis compadrear con nadie,
que no sepa de memoria el Live After Death de Iron Maiden"
"El metal para quien lo trabaja"
Recogemos las últimas chustas del suelo, finiquitamos el botellón y con un punteo de bastones, nos vamos para abajo.
Nieve ponzoñosa para esquiar, con alto riesgo de avestruz.
Nos despedimos de la morada de los dioses.
Cabalgando hacia la civilización.
Así resplandecía el Arlaud a la Tuca de Lliterola, ignorante de que posaríamos nuestros panderos en su cima unos años después. El metal nunca descansa.
Las katiuskas de Hugo murieron en acto de servicio.
Despedimos la jornada, hidratando en el antro más auténtico de Benasque.
Banda de heavys en el Rabasón. Que no os confundan, incluso con pantalones amarillos y mocasines se puede ser heavy.
El pergamino de hoy:
Al día siguiente, rematamos el finde escalando en hielo en Ardonés, rodeados de gente. Y no fue lo mismo, sonaba demasiado "pop".
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