31 Diciembre-1 Enero 2011
Después de la subida de temperaturas de la última semana del año, el hielo está que se cae y nos vemos ombligados a cambiar nuestros planes sobre la marcha.
Procedemos a la toma de la uva en los merenderos de Panticosa
y amanecemos el día 1 envueltos en un ambiente gélido ideal para la actividad de hoy.
Dejamos el coche en el parking de Lacuniacha y empezamos a andar a las 7:30 mientras Hugo y Nasta ultiman sus mochilámenes.
Pista monótona hasta llegar al cruce con el Ibón de Piedrafita, y desde ahí vamos ganando altura en dirección al cono de entrada del corredor.
Nos colocamos arnés y metales varios (crampones, piolet)
y rodeamos el alud con peralte que barre todo el lateral del corredor.
A poco a poco vamos ganando altura, por palas muy amplias y con buena nieve.
Ya estamos en la línea de la Gran Diagonal, al fondo el corredor se estrecha, se intuyen los resaltes y nos vamos haciendo a la idea de que esto es muy largo.
Hugo y Nasta van por delante y han hecho un largo de cuerda en el primer resalte.
Para no ser menos, sacamos a pasear la cuerda. Gabi va de primero. 5 metros de nieve dura y hielo y reunión con friends en una cueva.
Desde la cueva seguimos Yolanda y yo en ensamble, hay una huella por la derecha pero continuamos recto a por el segundo resalte.
El resalte es algo más estrecho que el anterior pero se asegura bien con un clavo y un friend abandonado que encontramos.
Yolanda bajo el segundo resalte recibiendo la ducha de rigor.
Monto reunión en un bloque semienterrado y recupero a los demás.
El corredor continúa con palas de 45º-50º mantenidas hasta llegar al tercer y último resalte: una cueva que no sabemos si tiene salida por el otro lado y un muro de roca con mala pinta equipado con una cuerda fija y varios clavos.
Gabi se curra el resalte (65º, IV+) tirando de cuerda fija y con un guarri-mixto muy elegante.
Reunión con los dos piolets apurando los 60 metros de cuerda.
Después de resoplar en el último resalte, nos desencordamos, parece que el resto de corredor no es más que una continua pala de nieve de 45-55º.
Los gemelos ya van al dente y cada miembro (y miembra) de la cordada va pillando su ritmo.
Lo que desde abajo parecía una repisa, no es más que un cambio de vertiente, el bien llamado “Mirador”: cienes de metros de caída directa hacia el Ibón de Piedrafita como para concentrarse en la huella y no mirar para abajo.
Por suerte, la nieve está bien y el tramo es bastante corto.
Por delante, los últimos 100 metros de corredor.
Justo antes de terminar el corredor un pequeño resalte a 60º que superamos sin problemas y que nos deja en el soleado collado.
En dirección Sur, unas huellas van hacia el expuesto “Paso Horizontal” y a nuestra derecha, las huellas de Hugo y Nasta que se dirigen directas a la cumbre. Comemos y bebemos un poco y bajo un agradable sol sacamos las últimas flaquezas para llegar a la cumbre.
Contraluz sobre Peña Oroel
Última rampa
Gabi sobrevolando el valle de Tena
El horario se nos ha ido un poco de las manos y son las 15:10 cuando comenzamos el descenso.
A los pocos metros, el primer contratiempo, una muralla de rocas con destrepes algo expuestos. Localizamos un par de clavos con cordinos y rapelamos de ellos.
En eso que, plegando la cuerda después de los rápeles, mi Reverso se suicida y se precipita sin control por las laderas de la cara Sur en busca de una vida mejor.
Son casi las 16:00 y aun tenemos que flanquear toda la línea de cumbres hasta encontrar la línea de rápeles. Allá, al fondo a la derecha.
Y por fin, a las 16:30 encontramos los rápeles del corredor de la Z.
Se ha girado viento y se está haciendo de noche. Nos ponemos toda la ropa, juntamos las cuerdas de 60 y nos vamos para abajo.
Tres rápeles después estamos a mitad de corredor y sólo tenemos que destrepar palas de 40º grados y bajar el interminable cono en dirección al ibón de Piedrafita.
Le damos un telefonazo a Hugo y Nasta para informar de que estamos vivos y coleando (ellos hace horas que acabaron la actividad).
Ya es noche cerrada pero sabemos que ya no hay dificultades técnicas y que sólo tenemos que encontrar la pista que nos lleve de vuelta al coche. Vamos siguiendo huellas tirando de frontal, las horas de actividad van pesando y el descenso se hace interminable.
Para cuando llegamos a la pista (a las 20:00) creemos que ya es todo pan masticado, pero nada más lejos de la realidad.
Gabi sufre en silencio un fuerte dolor de pies y bajará todos los kilómetros de la pista con menos ritmo que Chiquito de la Calzada andando sobre brasas chuleteras. Le ayudamos en lo que podemos y llegamos al coche sobre las 21:40 con unas ganas locas de conducir dos horas hasta el refugio de Pineta.
Sin cenar pero durmiendo en cama, nos abandonamos a un largo sueño reparador, con la actividad en el bolsillo y con el peaje de los pies doloridos, las uñas moradas, los costipados y demás achaques que sufriremos los días venideros. Qué grande y qué chula es la Gran Diagonal!!!
Croquis:
mu gonito!!!!
ResponderEliminarahora a por más.
Zorionak, muy buena y bonita actividad.
ResponderEliminarQue el reverso se suicide siempre es una de mis paranoias jajjajajja y lo de mi tocayo Gabi si que tiene merito, si es que ya digo yo que no hay Gabriel malo.
Un saludo y a seguir disfrutando de y con la montaña.
Me ha gustado lo de chiquito jejeje... vaya horas de llegar a casa!!
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