Páginas

Dôme de Neige des Ecrins (4.015 m)

Tras varios veranos sin catar Alpes, y con Yolanda con ganas de superar la barrera de los 4000, sopesamos posibilidades y nos decantamos por la opción buena, bonita y barata: LOS ECRINS (pronúnciese “Ecrans”).



Posibilidades infinitas (boulder, escalada deportiva al lado del coche, vías largas para todos los gustos, 4000’s fáciles y difíciles, 3000’s altos y preciosos), buena meteo, menos gasto en peajes y gasolina que cuando vamos a Chamonix , Zermatt o Dolomitas, eran razones suficientes para pasar un par de semanas por la zona y alrededores.

Viendo que las previsiones eran buenas los próximos 3 o 4 días, subimos del tirón hasta Ailefroide (11 horas de coche desde Valencia) sin hacer la parada prevista en Vingrau.

Vamos con la idea de vivac (con tienda) en el glaciar Blanc y ascenso a la Barre des Ecrins (4.102 m), pero como no queremos petar a las primeras de cambio, llamamos por la tarde al refugio de Ecrins y reservamos una noche (12€/persona con la tarjeta federativa).

26 Junio 2011

Pese a todo la mochila pesa lo suyo, no llevamos saco ni esterilla ni tienda, pero hemos cogido hornillo, comida para dos días, material para el glaciar y algo de ropa de abrigo, aunque la isoterma cero la marca por encima de los 4000 m.

A las 10:15 salimos de Pré de Madame Carle (1.875 m)



por un buen sendero que enseguida gana desnivel sobre el valle.



Al fondo el Pic Coolidge y el glaciar Noir.



Ganando metros con la mole del Pelvoux siempre vigilante.



Sendero revirado que nos lleva hasta los 2.288 metros de altura



desde donde descendemos unos metros para cruzar el torrente que baja del Glacier Blanc.



Cuanto más subimos más bonito se pone el Pelvoux y su glaciar colgante.



Llegamos al refugio del Glacier Blanc a la hora en que los franceses comen. Nos afrancesamos y también nosotros picamos algo.



A partir del refugio el sendero ya no es tan bueno. Vamos remontando las morrenas laterales del glaciar mientras algunos apuran la temporada de esquí.



Subiremos hasta unos 2.850 m para evitar las grietas del glaciar y entrar por una zona más cómoda.



Sí, otra mirada de reojo al Pelvoux, y muy abajo el bosque donde hemos dejado el coche.



A los 2.850 m, cambio de vestuario. Mangas largas, cuerda, casco, piolet y encordamiento glaciar.



Hay gente que viene en el día con pantalón corto y sin cuerda y que se puede llevar un susto con un par de grietas que cruzamos.



Poco antes de llegar a la altura del refugio, el glaciar ha girado lo suficiente como para ver por primera vez la Barre.



Desde el plateau glaciar al refu aun quedan unos 150 metros de desnivel por pedreras sueltas y neveros que ya te cogen algo cansado.



Yóland en el penúltimo nevero con el ancho y suave glaciar Blanc por debajo.



El refugio excelente. Con agua corriente, cocina libre (que sólo usamos nosotros), el mejor solarium del mundo



y unas vistas por la ventana de mear y no echar gota.



A las 19:00 a dormir, mientras todos los demás tienen su cena oficial y con un calor como para no taparse en toda la noche (o mejor “tarde-noche”).

27 Junio 2011

Despertador a las 2:30 am. A las 3:05 somos los primeros en salir (piolet en mano por el par de neveros helados que cruzaremos) mientras la "gente de bien" devora su desayuno oficial. Nada de frío y buenísimas previsiones de meteo.

Una vez en el glaciar, nos encordamos y bajo la luz de los frontales vamos acercándonos al Col des Ecrins. Por detrás, la marabunta nos quiere pillar.



A las 5:00 superamos las primeras pendientes fuertes. Buena huella, buena nieve y una tímida luna.



Primeras luces con el couloir de Barre Noire al fondo. Parecía en buenas condiciones y queda pendiente para otra vez...



Cordadas en otra de las huellas que surcan la pared.





Yolanda va un poco justa con esto de la altura y nos va adelantando la gente.



Comienza el espectáculo del amanecer.





Por detrás el Roche Faurio y el col des Ecrins.



Vista general de todo lo que hemos andado hoy.



Sólo por estos momentos valió la pena levantarse a las 2:30.



Siguiendo huellas de esquí casi en Julio.



A mitad de ascensión, Yolanda me dice que tense un poco y que vaya al loro (“to the parrot”). Un saltito y estamos al otro lado.



A la bajada el saltito ya era algo más grande.

Por delante, la marabunta rodeando seracs.



Nosotros seguimos a nuestro ritmo, sabiendo que si no llegamos bien para ir a la Barre siempre podemos conformarnos con el Dôme.





En las últimas rampas fuertes antes de flanquear la Barre bajo su rimaya
y todavía no vamos los últimos!



En el hombro de detrás, la huella de los que han tirado hacia la travesía de la Barre, subiendo por una arista y bajando por la otra.



Justo bajo la vertical de la Barre, la conversación de la discordia.

Dice Yóland: “Qué? Le damos un tiento a la Barre? Parece fácil y con huella......”

Segundos de duda, ganas de ir al baño y qué coño! Vamos a intentarlo.

Vamos por la directa Coolidge, que debe ser AD y tener unos 50-55º.

La rimaya desploma un poco, pero rodeando por la izquierda se pasa bien.



Y después de la rimaya desaparece la nieve y aparece un hielo estalladizo que da bastante faena. Y además lo que parecía huella desde abajo son rastros muy viejos que no valen para progresar. Meto un tornillo de los 3 que llevo y ya me doy cuenta de que nos estamos metiendo en berenjenas de once varas. Tendríamos que ir a largos (3 o 4 hasta la cumbre), con seguros no muy fiables, algo tocados físicamente y con una bajada nada clara. Los que van por la brecha Lory apenas llegan hasta el Pic Lory y las pasan canutas para bajar.



Me voy algo a la derecha, subo a la zona de rocas y meto un cintajo y un maillón e inicio la indigna retirada. Mientras Yóland me asegura voy destrepando todo el largo ya que no me fio tampoco del bloque de arriba. Al final, 30 metros justos para tocar suelo firme por debajo de la rimaya y con los primeros donativos para la comunidad alpina: un maillón y un anillo de 240 cm.

Ahora sí que somos los últimos. Dejamos la mochila junto a la huella y nos vamos a fichar a la cumbre del Dôme a la que llegaremos en apenas 20 minutos.



Aquí todavía no se ha abierto la rimaya y la subida no es más que una simple cuesta con buenas vistas (macizo de la Meije a la derecha).



El macizo del Mont Blanc desde la cima del Dôme. Se distingue incluso la Dent du Géant.



Cima a las 9:30, el ritmo fue lento y en el intento a la Barre perdimos bastante tiempo...



Una cordada descendiendo del Pic Lory y la única cordada que hizo cumbre ese día en la Barre en el collado entre la Barre y el Pic Lory.



Ya de bajada,



con la nieve más blanda y empezando a pasar calor.



Los seracs son espectaculares.



Pero mejor verlos quietecitos y desde lejos.



En pasos así, cuerda tensa, atentos al compañero y alejarse lo máximo posible de la grieta.



De nuevo en la zona llana de glaciar, todavía con bastante desnivel que bajar. En el refugio no hemos querido dejar nada para no tener que subir a por cosas.



Cada día cambia la huella. Ayer pasamos pegados a la roca y hoy se rodean por la derecha éstas grietas...



Parada en el refugio del Glacier Blanc para visitar al señor Walter Caquen (W.C.) y buenas fotos del Pelvoux desde los lagos del antiguo refugio Tuckett.



Desde aquí hasta el coche, la bajada se convierte en un infierno para mí (Dios mío, es un infiennno!!). Tantas horas con la bota rígida y los 2.200 metros de desnivel que hemos bajado me han dejado el tobillo hecho papillas Nestlé.



A las 16:00 llegamos al coche. Nos merecemos una cerveza en el bareto de Pré Madame Carle, pero cuando vemos los precios nos vamos a Ailefroide a dormir sin cenar. Que estamos mu cansaus.

No hay comentarios:

Publicar un comentario