Ya venimos calentitos de nuestro paso por los Ecrins y Ailefroide. Hemos descartado con gran dolor de nuestro corasón, subir a la Dibona y al Viso, pero como el tobillo no se queja mucho, seguiremos escalando cosas.
4 Julio 2011
Dedicamos el día a trasladarnos de los Ecrins a la zona del Queyras, al este de la carretera que une Gap y Briançon y muy cerca de Italia.
Aparcamos en la caseta de información que hay un kilómetro antes del Col d’Agnel. Justo hoy las previsiones son de tormentas fuertes, pero lo único que consiguen es que pasemos una tarde aburrida.
5 Julio 2011
Y a la mañana siguiente, sol radiante.
En 20 minutos a ritmo tranquilo alcanzamos el Col Vieux, con el objetivo del día justo delante.
Los neveros que vemos nos mosquean un poco, pero parece que todos los años se mantienen esos mismos neveros.
Desde el Col, rodeamos un poco hacia la derecha para ir a pie de vía sin perder demasiado desnivel. Una vez debajo de la cresta del Taillante, la cosa se empieza a torcer. Vamos a la sombra, los neveros son puro hielo y no llevamos nada más que zapatillas. Nos toca coger pequeñas lajas de roca e ir haciendo peldaños en la nieve al más puro estilo Ricardo Cassin en los años 30.
Las reseñas marcaban algo más de una hora hasta pie de vía y a nosotros nos ha costado casi dos.
Nos vestimos de romanos, mientras otra cordada termina el primer largo.
L1: normalmente se empieza más abajo, pero un nevero tapa los primeros metros y hace imposible chapar el primer parabolt.
No hay más remedio que ir por unas placas rotas y llenas de tierra, subirse al nevero con los pies de gato y juntarse con la vía entre el primer y el segundo parabolt. Pero como el segundo aun está lejos, llevo los gatos mojados y está todo con tierra suelta, decido colocar un friend medianito y asegurar el paso.
Para ser IV, el primer largo ya nos ha hecho sudar. Conforme subimos metros, la roca mejora. Y las vistas también.
L2: otra vez IV, con los parabolts en el muro de la izquierda y alejados como para no ver el que tienes por delante.
L3: IV+. Aquí ya no vale cogerse al muro de la izquierda y la cosa se pone plaquera plaquera. Los pies mandan.
Algunos chorretones de agua y bolts algo menos alejados.
Pero en una caída no te libras de un buen "cerillazo" humano.
Reuniones incómodas. Ni rastro de repisas y el arnés clavándose en los riñones.
Éstos dos largos (L3 y L4) de placa fueron de lo mejor de la vía.
Buena roca, algunas pequeñas regletas y a navegar entre bolt y bolt. El largo 4 lo hemos visto de IV+ o de 5a.
L5: el paso duro de la vía, que paradójicamente será uno de los sitios donde menos sufriremos. Se trata de superar el muro que tenemos delante para pasar a otra placa interminable que nos dejará en la cresta final. Muy chapado, vertical y con buenas presas (5b).
Después de este muro, la cosa vuelve a tumbar. Salimos a una placa lisa con roca rota donde no vemos el siguiente parabolt (para variar). Fijarse bien porque una flecha roja pintada indica el camino a seguir (hacia la derecha, a coger la canal vertical).
L6: III+, pero con apenas un parabolt a mitad de largo.
Mejor no caerse ni coger nada roto.
L7 (III+): algo más chapado pero con la misma filosofía que el anterior (alejes de 15-20 metros en las zonas fáciles).
L8, L9, L10, L11, L12: 5 largos de IV+ donde la roca se vuelve cada vez peor y los alejes siguen a su rollo.
Ya estamos perfectamente adaptados al tipo de escalada, a la roca y a seguir flechas rojas cuando los bolts alejan demasiado.
El ambiente es impresionante.
No vamos mal de horario y parece que no se formarán tormentas por la tarde.
Evidentemente, la retirada ya es más fácil por la cresta que rapelando la vía.
La cordada de delante ya ha acabado la vía y están en el primer largo de la cresta.
En 5 horas y algo, acabamos los 12 largos de escalada. Acaba la escalada y empieza la cresta. De momento, haciendo largos y con los gatos puestos.
Algún bolt en el suelo y muy útiles cintajos largos para rodear filos y bloques. Por ese hito pasaremos dentro de un rato.
Segundo largo de la cresta.
Tercer largo de la cresta. Ya hemos pasado el hito gigante y estoy asegurando desde la reunión del rápel.
Rápel de 10 metros.
Aquí nos quitamos los gatos y aprovechamos para comer algo. La actividad se está haciendo larga y aun nos quedan bastantes horas de faena.
Después del rápel seguiremos un rato a ensamble con seguros intermedios
hasta llegar a una zona totalmente horizontal.
Por delante, la última dificultad del día: un resalte vertical que nos deja en la última punta de la Taillante.
De ahí detrás venimos.
Como no sabemos la dificultad de lo que queda, montamos un largo. Yóland en la improvisada reunión.
Luego resulta ser una trepada fácil de II-IIIº protegible y donde veremos un parabolt. Finalmente salimos ese tramo en ensamble y llegamos a la cumbre (18:15 de la tarde, 10 horas desde que salimos del coche).
Foto de “cima” (luego viendo mapas, descubrí que ésta cota es más baja que la del hito gigante) con el Viso (o Monviso) detrás.
Y aquí no se acaba todo, aun hay que bajarse de esta laja sin fin.
Vamos siguiendo pequeñas trazas de sendero y tanteando cada agarre.
Después de un par de destrepes curiosos, encontramos un cintajo y rapelamos otra zona bastante lisa.
Con las últimas luces de la tarde, llegamos a suelo firme, cargamos agua en un arroyo y enlazamos con el camino de esta mañana.
Pasamos de nuevo el Col Vieux
y llegamos al coche a las 21:00 (13 horas de actividad). Quizás perdimos más tiempo de lo normal en la aproximación, pero la actividad se merece unas buenas 11 o 12 horas.
Sólo nos quedan ganas de cenar algo y volver a plantar la tienda mientras el Viso nos mira de reojo. Mañana ya nos ducharemos en un camping.
Croquis buenos en la página de los “Kutres”.
Por cierto, que este año el Tour pasa por el Col d’Agnel.
El jueves día 21 todos a buscar la Taillante en sus televisores de confianza.
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