Huyendo de las lluvias del norte nos vamos para el sur y pasa lo de todos los puentes. Desde el techado donde hemos plantado la tienda, oímos llover durante toda la noche.
30 Abril 2011
La cosa amanece húmeda, nublada y con poca pinta de mejorar. Para hacer tiempo y alegrar la cara de tonto, nos vamos de visita turístico-folklórica al mercado medieval de Alhama de Murcia (qué bonita eres!).
A eso de las 11:00, se abre algún claro y se secan las fachadas. Nos vamos otra vez a Leyva a ver si suena la flauta.
Sólo un coche en la barrera de la pista forestal, monótona caminata hasta el pie de vía y la pared para nosotros solos.
Enésimo intento a la Carrillo-Cantabella, los dos primeros largos ya nos los sabemos de aquella otra vez. Según los croquis que mires, el grado baila entre el V a secas y el 6a...
L1 (V): Con el coco motivado y las cuerdas nuevas, Yóland se anima a ir de primera.
Algún paso de escalar en la parte de arriba, pero sabiendo que es factible y está bien equipado, encadena!
Reunión en repisa cómoda mientras miramos de reojete las nubes negras.
L2 (V+/6a): este largo ya me costó sacarlo a vista la otra vez. Hoy, con humedad ambiental y gatos recién recauchutados (excusas de todo a 100) no me sale el paso.
Chafo parabolt y para arriba rapidito que no es cuestión de enrredar. Reunión ya con buenas vistas. Cuerda azul al mosquetón azul, cuerda roja al mosquetón rojo.
L3 (IV): entramos en zona desconocida. En teoría no es un largo difícil y Yolanda sigue con buenos ánimos.
Empieza por terreno matojero para irse hacia la derecha y subir por todo el espolón (roca rota) hasta una incómoda reunión en una mini-repisa.
L4 (V): evidente siguiendo parabolts.
Primero con tendencia a izquierdas y luego recto por un diedro-fisura. Reunión a la derecha en una buena repisa.
L5 (V+): inicio por placa vertical con pocas presas que obligan a moverse bien y a pensarse los pasos. Chulísimo.
En la segunda parte del largo se pierde verticalidad hasta llegar al paso desplomado del final (6a?).
Raro pero bien equipado.
Ya en terreno horizontal, más feliz que una perdiz comiendo lombriz.
Descenso andando y con las nubes amenazando lluvia.
En el collado, con las vistas bonitas de la pared de Leyva.
Con cuatro gotejas mal caidas, llegamos al coche sin mojarnos y con la Carrillo en el bolsillo. Por fin!
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