8 Septiembre 2009
Ya había ganas de escalar en los paredones del Charco Azul (Chulilla). Después de dos intentos infructuosos en los que no llegamos ni a tocar roca esta vez la historia sería diferente.
Bajamos con sumo cuidado la cuesta donde te haces esguinces, evitamos el tramo donde te llaman para decirte que no vayas a escalar, cruzamos el vado por donde pasan las diligencias del Far West y achinamos los ojetes hasta reconocer la vía elegida: Orgasmatrón, 90 m., V+, totalmente equipada. Sombra por la tarde, ideal para estos días tórridos de Septiembre.
Resulta que después de cruzar a pies descalzos el vado, aparece una maraña impenetrable (leáse impenetreibol) de plantoides pinchosos de todo tipo que obligan a desplegar nuestras mejores dotes de Bear Grylls.
Muy rasguñados acaecemos a pie de vía a eso de las 18:00. Según la posición de las estrellas fugaces, calculamos que tenemos unas 3 horas de luz más o menos.
A las 18:20 ya vamos vestidos de escaladores de vías de varios largos. Ender comienza el L1, V.
Dos chapas de tirar recto parriba por bavaresa, luego travesía de manos romas con tierra suelta y reunión en una repisa muy a la derecha.
L2, IV+: también con tendencia a derechas. Salida de la reunión con paso raro, después diedro tumbado fácil.
L3, V+: el largo clave de la vía. Superar una placa lisa hacia la derecha para buscar el diedro por el que discurre el resto de la vía.
Pasos de diedro de los de abrir patas y apoyar la palma de la mano. El paso chungo no está en el diedro sino en la placa de antes.
L4, V: otro paso raro en una placa a la derecha del diedro. El resto fácil hasta la reunión. Dos argollas a la izquierda, donde se acaba la pared y empieza el matojal.
Los NERP rompen horarios. Dos horas desde el inicio de la escalada. Media hora por largo. Son las 20:20 y parece que las estrellas fugaces nos han jugado una mala pasada. Se hace de noche más rápido de lo espereible (léase “espereibol”).
Primer rápel de unos 20 metros hasta la R3. Sin problemas.
Segundo rápel, de la R3 a la R2. El rápel del diedro de V+. Resulta que el largo empezaba con una pequeña travesía a derechas y ahora al tirar la cuerda vemos que la reunión queda muy lejos de la vertical. Circo Marco va a tener que sudar sudores para llegar a la R2. Toca colocar expreses en las 3 últimas chapas y cogerse a ellas como si te fuera la vida en ello. Rollo A0 pero en los rápeles, lo nunca visto. Al llegar a la R2, anclamiento de cuerda, y a tirar del culo de Ender para acercarlo a la reunión.
Como Circo se ha currado el último rápel, ahora le toca a Ender el siguiente. Desde la R2 al suelo. Si ya nos ha costado Dios y ayuda (God&Help) llegar a la R2, ni de coña llegamos a la R1 con un “rápel horizontal”.
Así que tiramos la cuerda de 70 metros y a confiar en que llegue al suelo. Mientras Ender rapela hacia todo lo negro, se oyen los gritos que nunca quisieras oir:
•El rápel es volado!! Y la cuerda no llega!!!
•¿¿Qué qué??
•Que no llegaaa!
Segundos de Orgasmatrón. Tu cuerpo se separa de tu mente. Una noche anclado a la reunión. Ender colgando de un prusik rollo Joe Simpson. No tienes saldo para llamar al 112...
•¿Ya has llegado al nudo que hemos hecho en el cabo de la cuerda?
•Espera, que creo que sí que llegaaa.
•Mamón!
•Es que no se veía una mierda (I don’t see a shit)
Burfff. 33 metros de rápel, con cuerda de 60 ni de coña llegamos. Ya con los pies en el suelo de abajo, recogemos la mochila, nos ponemos zapatillas de andar y bajamos iluminando el sendero con la luz de los móviles. Hasta que perdemos el sendero y llegamos a un punto más impenetreibol que el que pillamos al subir. Pero no hay opción, recto para abajo aunque lleguemos despellejados. Una mezcla entre Rambo y La bruja de Blair. Y llegamos despellejados al puto vado de los cojones. Descálzate, crúzalo clavándote piedrolos esguinzosos de río y cuando pases al otro lado, la arena se habrá transformado en barro en tus pies, ideal para ponerte encima el calcetín, la zapatilla y andar 20 minutitos hasta el coche en lo que debería ser una agradable tarde de escalada. Un Orgasmatrón que se llama. Sí, sí.
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